A estas alturas del camino, resulta difícil creer en las promesas que sin sonrojo sigue haciendo el Gobierno Nacional al Caribe. Es que después de los incontables anuncios sobre la disminución de las tarifas de energía que han quedado en el aire, la incredulidad es justificada. Sin embargo, no desistimos de un proyecto que ilusiona a la región, desde hace décadas, especialmente a los departamentos de Atlántico, Bolívar y Magdalena: la construcción del Tren Regional del Caribe.
Para una región que busca mejorar la calidad de vida de sus habitantes, fomentar la integración comercial y fortalecer su competitividad, este proyecto del tren mixto, de carga y pasajeros, no solo representa una nueva forma de conexión, sino que también reducción de costos, descongestión de las carreteras, integración comercial, competitividad, entre otros importantes beneficios. Según el estudio de prefactibilidad realizado por Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter), el trazado inicial del tren que conectaría los departamentos del Atlántico, Magdalena y Bolívar abarca un recorrido de 363 kilómetros, atravesando 25 municipios: seis en Bolívar, diez en Atlántico y nueve en Magdalena. Además, este proyecto incluirá la integración con la Red Férrea Nacional, facilitando la movilización de carga desde los principales puertos de la Región Caribe hacia el centro del país y sus áreas de influencia.
Con la fase de prefactibilidad superada, quedó listo el primero de los muchos pasos para avanzar en la materialización del proyecto, que ahora deberá continuar con los estudios y diseños. La idea de lograr la estructuración definitiva en este 2024, se desvanece con el paso de los días. Son más de 60 mil millones de pesos los que se requieren para continuar con la etapa de factibilidad, que determina el costo real y las especificaciones técnicas del proyecto. Al tratarse de un megaproyecto con un costo aproximado de $6,6 billones, según Findeter, que además demanda vigencias futuras y de aval fiscal, se requiere de todo el apoyo del Gobierno.
Aunque a inicios del mes de diciembre la ministra de Transporte, María Constanza García, confirmó la cofinanciación del megaproyecto, por parte del Ejecutivo, se vuelve a dejar en entredicho la verdadera voluntad y compromiso del Gobierno con la Región Caribe. La razón: se estaría supeditando la financiación del tren al injusto cobro de la valorización en los predios ubicados en la zona de influencia de la Vía al Mar y la circunvalar de la Prosperidad. No es la primera vez que tenemos este sinsabor, recordemos que el año pasado el Tren Regional no fue incluido en el Plan Nacional de Desarrollo 2022 – 2026.
Para materializar este gran proyecto férreo necesitamos todas las voluntades alineadas, que el Gobierno lo priorice sin condiciones. El largo camino, lleno de obstáculos, que aún tiene por recorrer el tren mixto, exige un trabajo conjunto y articulado entre las gobernaciones, el Gobierno Nacional, así como de los actores públicos y privados. Hay que seguir remando en el mismo sentido para surtir con éxito la nueva etapa de factibilidad y asegurar los recursos que nos permitirán el inicio de la construcción del tren, que promete revolucionar el transporte en el Caribe.