La decisión del Gobierno Nacional de declarar el 18 de marzo como día cívico ha generado fuertes críticas por parte de distintos sectores, en especial del gremio de comerciantes, que advierten sobre el impacto económico y las implicaciones políticas de la medida.
Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (FENALCO), calificó la decisión como un “despropósito” y señaló que esta imposición, además de representar un alto costo para la economía del país, constituye una presión indebida sobre el debate legislativo, ya que coincide con la discusión en el Senado del proyecto de reforma laboral.
“La convocatoria a marchas masivas justo en el día en que se define un tema crucial para el país, sumado a la suspensión de actividades laborales de los funcionarios públicos, no responde a un clamor espontáneo de la ciudadanía, sino a una estrategia para incidir en el proceso legislativo. Lo más preocupante es que los salarios de esos trabajadores seguirán siendo cubiertos con los impuestos de los colombianos, en medio del mayor déficit fiscal de los últimos 21 años”, expresó Cabal.
Impacto económico significativo
FENALCO estima que la medida tendrá un impacto negativo en la economía nacional, con una pérdida aproximada de 360 millones de dólares en el Producto Interno Bruto (PIB). Según cálculos del gremio, el PIB de Colombia asciende a 398 mil millones de dólares anuales, lo que equivale a una producción diaria de 1.090 millones de dólares. Si se considera que la afectación alcanza el 33 % de la actividad económica en esta jornada, la pérdida para el país sería de 360 millones de dólares.
“Esta es una cifra preocupante, especialmente en un momento en que el país enfrenta retos fiscales y económicos importantes. No podemos darnos el lujo de frenar la productividad por decisiones políticas que afectan la estabilidad del comercio y la industria”, advirtió el dirigente gremial.
Reacciones y resistencia del sector comercial
A pesar del anuncio gubernamental, el comercio ha confirmado que operará con normalidad, manteniendo sus puertas abiertas para atender al público sin interrupciones. Distintos sectores han manifestado su inconformidad con la medida, argumentando que interfiere en la dinámica económica y genera incertidumbre en el sector empresarial.
“Los comerciantes seguiremos trabajando, porque el país no puede detenerse. El comercio, la producción y la prestación de servicios deben continuar para garantizar el bienestar de todos”, concluyó Cabal.
El debate sobre la reforma laboral continuará en el Congreso, mientras la declaratoria del día cívico sigue generando controversia sobre sus verdaderos alcances y motivaciones.
