El gobierno colombiano ha expresado su satisfacción con la reciente decisión de Estados Unidos de retirar a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo. El presidente Gustavo Petro calificó la medida como un “avance” hacia la integración de Estados Unidos con América Latina, y el canciller Luis Gilberto Murillo respaldó la decisión, considerándola justa y en línea con los esfuerzos de su administración.

Murillo recordó que, desde el inicio del mandato de Petro, el gobierno colombiano había trabajado activamente para lograr este resultado. “Desde el primer día, el presidente Petro dio la instrucción de gestionar la exclusión de Cuba de esta lista. Lo hicimos a través de nuestra embajada en Washington, y este tema fue central en las conversaciones entre los presidentes Petro y Biden. Por eso, saludamos esta medida como una decisión justa”, destacó el canciller.

El gobierno colombiano ha sido enfático en su postura en contra de las acciones unilaterales y extraterritoriales, como las sanciones impuestas a Cuba en el pasado. En este contexto, Murillo también hizo un llamado para que decisiones similares se tomen respecto a otros países, aunque sin señalar a ningún país específico.

Además, en un comunicado oficial, la Cancillería colombiana celebró la decisión de Estados Unidos y agradeció a Cuba por su apoyo en los procesos de paz en Colombia. “Agradecemos al pueblo cubano por su constante respaldo en los esfuerzos de negociación y diálogo que han sido clave para lograr la paz en nuestro país”, expresó el comunicado.

La Cancillería reiteró su firme convicción en el multilateralismo y rechazó las sanciones y medidas unilaterales, instando a que los asuntos internacionales que afectan a los pueblos y la estabilidad regional sean tratados en el marco de organismos y mecanismos multilaterales. “Este tipo de decisiones deben tomarse en espacios de cooperación internacional, donde todos los países tengan voz”, concluyó el comunicado oficial.

La exclusión de Cuba de esta lista es vista como un paso importante en las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, y refuerza el compromiso de Colombia con el multilateralismo y la resolución pacífica de los conflictos.