La Junta Directiva del Banco de la República decidió mantener sin cambios la tasa de interés de referencia en 9,25 %, tras una votación dividida de cuatro votos contra tres, en una determinación que estuvo alineada con las expectativas del mercado, pero que generó desacuerdo dentro del propio Gobierno nacional.
El ministro de Hacienda, Germán Ávila, manifestó públicamente su inconformidad con la decisión adoptada por el Emisor. Aunque reconoció que la mayoría de la Junta se inclinó por mantener las tasas, señaló que el Gobierno considera necesario un recorte para estimular el crédito, el consumo de los hogares y la actividad productiva. No obstante, indicó que respeta la autonomía del Banco y expresó su esperanza de que en la reunión de enero se adopte una postura distinta.
Por su parte, el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, explicó que la decisión estuvo fundamentada principalmente en el comportamiento de la inflación, que aunque mostró una leve desaceleración al pasar de 5,5 % en octubre a 5,3 % en noviembre, sigue muy por encima de la meta del 3 %. A esto se suma que la inflación básica, que excluye alimentos y precios regulados, se mantiene en niveles elevados, lo que representa un riesgo para la estabilidad de precios.

Villar advirtió además que las expectativas de inflación para los próximos años han comenzado a aumentar, tanto para 2026 como para 2027, e incluso algunos analistas anticipan que podría ser necesario volver a subir las tasas si las presiones inflacionarias persisten. Este escenario llevó a la mayoría de la Junta a privilegiar una postura prudente frente a cualquier flexibilización monetaria.
El contexto macroeconómico también influyó en la decisión. Aunque la economía colombiana mostró un crecimiento anual de 3,4 % en el tercer trimestre y el empleo ha presentado señales positivas, varios analistas advierten que este dinamismo está impulsado principalmente por el consumo, lo que podría no ser sostenible en el mediano plazo. A esto se suma la incertidumbre fiscal tras el hundimiento de la ley de financiamiento en el Congreso, situación que obligará al Gobierno a buscar alternativas para equilibrar el presupuesto de 2026.
Ante la decisión del Congreso de la República de negar la financiación necesaria, el Gobierno nacional busca concretar la declaración de Emergencia Económica.
Se trata de proteger derechos fundamentales, garantizar transferencias a la población más vulnerable,… pic.twitter.com/AquJVDA2gg
— MinHacienda (@MinHacienda) December 19, 2025
Otro factor de preocupación para el Emisor es el deterioro de la cuenta corriente. En el tercer trimestre del año, el déficit alcanzó el 2,4 % del PIB, superando el nivel registrado en el mismo periodo de 2024. Según la Junta, este desbalance se explica principalmente por el déficit en la balanza comercial de bienes, en un contexto de fuerte demanda interna.
En el análisis también se tuvieron en cuenta las condiciones externas. Aunque el entorno financiero internacional sigue siendo favorable, tras la tercera reducción consecutiva de tasas por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, que ubicó su rango entre 3,5 % y 3,75 %, el Banco advirtió que las tensiones geopolíticas globales continúan representando un riesgo latente.
Leonardo Villar reiteró que la decisión de mantener las tasas responde a un enfoque de cautela, dada la necesidad de asegurar la convergencia de la inflación hacia la meta. En cuanto a la próxima reunión de la Junta, prevista para enero, el gerente señaló que cualquier ajuste dependerá del comportamiento de la inflación, de sus expectativas, de la evolución de la actividad económica y del balance de riesgos internos y externos.
Mientras tanto, el Gobierno mantiene la expectativa de que el Banco de la República inicie un ciclo de reducción de tasas en el corto plazo, en un escenario donde el debate entre crecimiento económico y control inflacionario continúa marcando la agenda económica del país.


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