La cifra de civiles fallecidos en Siria tras la ola de violencia que se desató en la costa mediterránea del país ha ascendido a 973, según el más reciente informe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). La matanza se produjo en el contexto de enfrentamientos entre grupos leales al expresidente Bachar al Asad y las fuerzas de seguridad de la nueva administración en Damasco.
El organismo, con sede en el Reino Unido y una extensa red de informantes en el terreno, había reportado el domingo un saldo de 830 civiles muertos, dentro de un total de 1.311 víctimas fatales, incluyendo combatientes y efectivos de seguridad.
En su más reciente balance, el OSDH detalló que la cifra total de fallecidos corresponde a 973 civiles, 231 agentes de seguridad y 250 combatientes alauitas leales al antiguo régimen, muchos de los cuales habrían sido ejecutados de manera sumaria.
La ONG hizo un llamado urgente a las autoridades sirias para que se investigue la responsabilidad del personal de seguridad y defensa involucrado en las ejecuciones contra la comunidad alauita, minoría chií a la que pertenecía Al Asad y que gozó de privilegios durante su mandato.
La crisis en Siria sigue escalando con nuevas confrontaciones que ponen en riesgo la estabilidad de la región, mientras organismos internacionales exigen acciones inmediatas para evitar más muertes.