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La Tiendecita estrena nueva sede y fortalece su sabor como patrimonio culinario de Barranquilla

El sabor, la alegría y el orgullo gastronómico se dieron cita en la carrera 46 #82-225, donde se llevó a cabo la esperada inauguración de la nueva sede de “La Tiendecita”, uno de los lugares más emblemáticos del Atlántico cuando de comida tradicional se trata.

El equipo periodístico de lavibrante.com estuvo presente en este gran evento, acompañando a su fundador Ricardo, más conocido como “Richy, el Zar del Chicharrón”, quien con entusiasmo compartió detalles sobre la oferta culinaria que los barranquilleros y visitantes podrán disfrutar en este renovado espacio.

“Este no es solo un nuevo punto de venta, es un lugar para revivir nuestras raíces, para encontrarse con el sabor del Atlántico y sentirse como en casa. Aquí la gente podrá seguir disfrutando del mejor chicharrón de la ciudad, acompañado de carimañolas, butifarras, arepas e’ huevo, y todo ese repertorio costeño que nos hace únicos”, expresó Richy, quien se ha ganado un lugar en el corazón de los comensales por su autenticidad y amor por la cocina local.

Durante la inauguración, el ambiente estuvo cargado de emoción, música tradicional y una variedad de delicias preparadas al instante, que atraparon los sentidos de quienes llegaron a celebrar la expansión de este proyecto que ya es considerado patrimonio gastronómico de Barranquilla.

La Tiendecita no solo es reconocida por su sazón incomparable, sino también por rescatar y mantener vivas las tradiciones culinarias del Caribe colombiano. “Aquí no vendemos solo comida, servimos cultura, memoria y mucho corazón”, agregó Richy mientras saludaba con calidez a los asistentes.

La nueva sede cuenta con un diseño moderno pero acogedor, pensado para brindar una experiencia cómoda, rápida y deliciosa. Sin duda, es un paso firme hacia la consolidación de La Tiendecita como un referente de la cocina popular barranquillera.

lavibrante.com seguirá de cerca el crecimiento de este tipo de emprendimientos que le apuestan al arraigo, al sabor local y al orgullo de ser Caribe. Porque lo nuestro se come, se goza y se celebra.