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Rafael Henzel: el fútbol y el Chape siempre fueron parte de la vida del periodista

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Después de narrar partidos del Chapecoense por muchos años, Rafael Henzel se encontraba junto a la delegación del club rumbo a Colombia cuando el avión de LaMia cayó, el 29 de noviembre de 2016. Henzel fue uno de los seis sobrevivientes, logró recuperarse y volvió a narrar partidos hasta este martes 26 de marzo, cuando tuvo un ataque cardiaco mientras jugaba fútbol con sus amigos. Fue llevado al hospital regional, aún con signos vitales, pero no resistió  y falleció.

Henzel nació el 25 de agosto de 1973, mismo año de fundación del Chapecoense, en la ciudad gaúcha de São Leopoldo. Inició su carrera en Radio Oeste Capital FM, en Chapecó. En el 2005 trabajó durante cinco años en la RBS TV para luego trabajar en TV Rio Sul, red de televisión con sede en Resende, en Río de Janeiro, filial de la TV Globo.

Pero su pasión y labor pertenecián a Chapecó. El periodista regresó al Oeste de SC y acompañó al Chapecoense en su ascenso, equipo que salió de la Serie D en 2009, y en el 2014 empezaron a disputar partidos en la Serie A del fútbol brasileño. Henzel volvió a Radio Oeste Capital FM, donde narró también los partidos de la campaña del Verdão en la Copa Sudamericana de 2016.

Así como otros colegas de la prensa local y nacional, estaba en el vuelo que transportaba a la delegación de Chapecoense para la decisiva final de la Copa Sudamericana, en el que debería ser el momento más importante del club y de la mayoría de las personas que se embarcaron aquel día. El avión de la aerolínea LaMia cayó en Colombia, camino hacia el aeropuerto de Río Negro, Medellín, y 71 de los 77 tripulantes murieron en la tragedia.

Rafael fue el único de los 21 periodistas en ser rescatado con vida y el penúltimo en salir del lugar. En una entrevista a medios brasileros días después de la tragedia, recordó que estaba durmiendo y despertó exactamente cuando los socorristas pasaban cerca de donde estaba sentado. Él gritó por socorro y tuvo dificultades para salir del lugar, ya que estaba atrapado en dos árboles, con los asientos del avión de un lado y pedazos de ramas sobre sus piernas.

El periodista recuerda que tardó unos 40 minutos desde el momento en que fue rescatado hasta llegar al hospital, ya que el lugar es un área montañosa. Los médicos constataron que tuvo siete costillas rotas y dos dedos del pie derecho lastimados, además de neumonía durante la recuperación. Después de 15 días de tratamiento, fue trasladado a Chapecó, donde permaneció en el hospital hasta el 19 de diciembre.

Después de volver a casa, se quedó sólo un mes lejos del micrófono. Volvió a narrar los partidos de Chapecoense en enero de 2017, cuando el equipo empató 2-2 en el amistoso contra el Palmeiras. El 25 de enero compartió el micrófono con Galvão Bueno, en la TV Globo, durante el Juego de la Amistad, nombre del amistoso entre Brasil y Colombia, encuentro que ganó el equipo Verde-amarela.

En 2017, el periodista publicó el libro «Vive como si estuviera empezando» . El objetivo fue publicar un relato de la tragedia y mostrar los detalles de su recuperación física y psicológica. En una entrevista durante el período de divulgación de la obra, destacó que el mensaje era creer, y que considera que todo lo que sucedió era un milagro. “Agradezco por haber renacido en Colombia, no puedo en ningún momento pedir nada más, porque estoy vivo», palabras escritas por el mismo Henzel.

Siempre acompañó al Chapecoense en los partidos del Campeonato Catarinense y Brasileño. Tenía dos programas en la radio: El Sonido, de noticias en general, y El Clásico, sobre deportes. Rafael Henzel estuvo recientemente en Europa, donde entregó una camisa autografiada del Chapecoense a dirigentes del Atlético de Bilbao. También participó en el lanzamiento del documental «Nuestra Chape» en el Festival de Berlín y en el Festival Thinking Football Film 2019. El largometraje muestra los detalles de la repercusión mundial que surgieron tras la tragedia aérea.

Después de tantos años ligado al fútbol, su último momento fue justamente practicando el deporte que tanto amó. Él dejó a su esposa Jussara y un hijo, Octavio, de 14 años, pero se unió a varios amigos y colegas de profesión que lo acogen como un viejo amigo, en este nuevo partido de su vida.