En lo que va del año, el Instituto Nacional de Salud (INS) ha registrado 66,621 casos de violencia de género, de los cuales más de 50,000 afectan a mujeres. De acuerdo con ONU Mujeres, una de cada tres mujeres sufre violencia a lo largo de su vida, y en 2023, al menos 51,100 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o familiares. En 2024, 745 mujeres han sido víctimas de feminicidio.
Los problemas estructurales como la desigualdad, la pobreza, las barreras en el acceso a la educación y las normas sociales tradicionales contribuyen a la vulnerabilidad de las mujeres. La falta de acceso a servicios básicos y la violencia asociada a factores como la etnia, la orientación sexual y la identidad de género exacerban los riesgos.
La importancia de la educación para prevenir la violencia de género
Dennys Martínez Rodríguez, psicóloga de Coosalud, destaca que la educación es la clave para prevenir la violencia de género. Según Martínez, las conversaciones sobre los roles de género deben comenzar desde una edad temprana. Es vital cuestionar los estereotipos y enseñar sobre el consentimiento, la autonomía física y la responsabilidad personal.
La psicóloga también subraya que niños y niñas deben ser educados en temas de respeto y consentimiento, ya que las normas sociales sobre lo que está permitido o no en las relaciones son aprendidas desde el hogar y la escuela.
La violencia de género es un problema social
La violencia de género no solo afecta a las víctimas, sino que tiene un impacto social que involucra a toda la comunidad. Es responsabilidad de todos activar las rutas de atención ante cualquier incidente, contactando a la policía, comisarías, fiscalías y centros de salud, que son los encargados de garantizar la seguridad y los derechos de las víctimas.
La violencia psicológica y el control abusivo
Muchas veces, el maltrato hacia las mujeres no es físico, sino psicológico. Preguntas clave como el control sobre el dinero, la ropa, o las relaciones sociales pueden ser indicios de un abuso emocional y psicológico. Según Martínez, los abusadores suelen justificar sus actos con patrones de inmadurez o trastornos psicológicos.
Carlos Castañeda Orjuela, director del Observatorio Nacional de Salud del INS, enfatiza que la violencia de género es un grave problema de salud pública y refleja profundas desigualdades sociales. La manera en que los medios de comunicación tratan estos casos también juega un papel crucial en evitar la revictimización y en romper los estereotipos machistas.
Finalmente, los profesionales recomiendan que las mujeres cuenten con una red de apoyo en su entorno familiar y social, pues el apoyo constante puede marcar la diferencia en evitar desenlaces trágicos.