Este lunes se definirá si Colombia continúa certificada en materia de lucha contra las drogas por parte de Estados Unidos, un proceso que podría tener efectos directos en la cooperación bilateral.
Adam Isacson, director del programa de veeduría de defensa de la organización Wola, explicó en entrevista con las posibles consecuencias de una eventual descertificación. Según su análisis, la medida no sería “una tragedia”, pero sí implicaría una reducción de la ayuda y mayores dificultades para acceder a créditos de organismos multilaterales como el Banco Mundial y el BID.
“Se reduciría en la mitad la ayuda de Estados Unidos. Eso no significa que no habrá créditos, pero sí hace más difícil lograrlos por el voto automático en contra del representante estadounidense en estos bancos”, precisó Isacson.
Impacto económico y reputacional
El experto destacó que, además de las limitaciones financieras, existe un costo reputacional para los países descertificados. Recordó que esta figura fue creada en los años 80 durante la guerra contra las drogas y que, aunque su aplicación es compleja y genera efectos adversos, ha sido utilizada en casos como Bolivia, Venezuela y Birmania en las últimas dos décadas.
En su análisis, la descertificación puede desincentivar la cooperación en la lucha contra el narcotráfico y “alejar a los países que comparten parte de la estrategia” de Washington. “Puede incluso crear incentivos para trasladarse a la economía ilícita”, advirtió.
Relación bilateral en tensión
Sobre el estado actual de las relaciones entre Colombia y Estados Unidos, Isacson afirmó que “a nivel presidencial, la relación es pésima” y describió roces constantes con líderes del Partido Republicano y sectores del Congreso. Según él, desde la derecha estadounidense se percibe al gobierno de Gustavo Petro como “demasiado suave o hasta cómplice con los narcotraficantes”, mientras que desde el centro y la centroizquierda “vemos tres años de oportunidades perdidas por mal manejo o mala gestión”.
Sin embargo, aclaró que esta percepción no se traduce necesariamente en sanciones inmediatas. Consideró probable que Colombia sea descertificada “por la falta de resultados en las cifras”, pero con una dispensa legal que evite la aplicación de castigos económicos. “Me imagino que en vez de recortar ayuda y enlaces con los militares y policías de Colombia, van a simplemente dar el castigo simbólico sin el castigo económico”, indicó.
Antecedentes y perspectivas
Isacson recordó que en los años 90 la descertificación al gobierno de Ernesto Samper derivó en la suspensión de programas de seguridad en medio de una escalada de violencia. A su juicio, Washington no busca repetir ese escenario y prefiere mantener flexibilidad para seguir apoyando a Colombia sin exponerse a los efectos adversos de esta figura.
La decisión de Estados Unidos, que se conocerá este lunes, será clave para el futuro inmediato de la cooperación bilateral y para la política antidrogas del país.