Bogotá fue escenario de un hecho histórico para la música urbana y el entretenimiento en Colombia. J Balvin convirtió el estadio Nemesio Camacho El Campín en una auténtica Ciudad Primavera, un universo sonoro y visual que durante más de cinco horas reunió a miles de fanáticos y a una constelación de artistas nacionales e internacionales en un espectáculo sin precedentes.
Ante cerca de 40 mil asistentes, el artista paisa ofreció un recorrido por su carrera con un repertorio de 31 canciones, apoyado en una tarima hexagonal de 360 grados que permitió una conexión directa con el público desde todos los ángulos. La magnitud del montaje y la duración del concierto llevaron a muchos a definir la noche como un verdadero festival curado por el propio Balvin.
La nostalgia fue uno de los hilos conductores del show. El primer gran guiño al pasado llegó con la aparición de Jorge Barón, ícono de la televisión colombiana, quien subió al escenario para darle al cantante la tradicional “patadita de la buena suerte”, desatando la ovación del estadio y marcando el inicio de una velada cargada de emociones.
A partir de ahí, el concierto se transformó en un viaje por distintas etapas del género urbano. Balvin compartió tarima con exponentes que marcaron la escena de los años 2000 como Blindaje 10, Dragón y Caballero, Reykon y Jiggy Drama, recordando los sonidos que ayudaron a construir el camino del reguetón en Colombia.
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La noche avanzó con la llegada de figuras internacionales de peso como Nio García, Jory Boy, Justin Quiles, Lenny Tavárez, De La Ghetto, Cosculluela y Arcángel, quienes reforzaron el carácter global del espectáculo. El paisa Feid también se sumó al evento, consolidando una alianza artística que el público celebró con entusiasmo. Uno de los momentos más aplaudidos fue la aparición de Nicky Jam para interpretar X, ocasión que el artista puertorriqueño aprovechó para anunciar su próximo concierto en Bogotá.
La gran sorpresa llegó cuando el ritmo urbano dio paso a un inesperado giro pop con la aparición del británico Ed Sheeran. Cerca de las 10:40 de la noche, el cantante subió al escenario para interpretar Perfect y Shape of You, protagonizando uno de los momentos más comentados del concierto y superando cualquier expectativa sobre los invitados de la noche.
El componente íntimo también tuvo su espacio. Valentina Ferrer, pareja de J Balvin, y su hijo Río, de cuatro años y vestido como Spider-Man, aparecieron en escena para acompañarlo durante la canción dedicada al pequeño. El artista confesó su sorpresa, pues creía que su familia se encontraba fuera del país, y el estadio respondió con una ovación cargada de emotividad.
El cierre del concierto reafirmó el espíritu colectivo de la noche. Bailarines y artistas llenaron el escenario con símbolos de la cultura colombiana como el sombrero vueltiao y la marimonda, en una puesta en escena que celebró la identidad, la música y el encuentro. J Balvin dejó claro que no se trató de un espectáculo para alimentar su ego, sino de una fiesta pensada para el público y para la historia del entretenimiento en el país.


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