El anuncio del incremento del salario mínimo para 2026 volvió a sacudir el panorama político y económico del país. La decisión del Gobierno de fijar el ingreso mínimo en dos millones de pesos, incluyendo el auxilio de transporte, abrió una fuerte confrontación entre el Ejecutivo y sectores de la oposición, que cuestionan tanto la magnitud del ajuste como sus posibles efectos sobre la economía.

El aumento, superior al 23 por ciento frente a 2025, fue presentado por el presidente Gustavo Petro como el punto de partida del llamado salario mínimo vital, una política que, según el mandatario, busca garantizar que los trabajadores puedan cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda y salud, en línea con los estándares de la Organización Internacional del Trabajo.

Sin embargo, la reacción de la oposición fue inmediata. La senadora María Fernanda Cabal lanzó una de las críticas más duras al comparar la medida con las políticas económicas implementadas en Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez. A través de sus redes sociales, la congresista aseguró que los aumentos salariales decretados sin respaldo técnico terminan destruyendo la economía, generando inflación, desempleo y empobrecimiento de la población.

Chávez anunciaba aumentos de salario mínimo mientras destruía la economía.

Petro va por el mismo camino, populismo disfrazado de justicia social que solo genera inflación, desempleo y pobreza.

Un economista que no entendió cómo se maneja la economía. pic.twitter.com/N0uHmjnsep

— María Fernanda Cabal (@MariaFdaCabal) December 30, 2025

Cabal acompañó su pronunciamiento con un video de Chávez anunciando un incremento del salario mínimo en su país, con el que buscó advertir sobre los riesgos de replicar experiencias que, según ella, condujeron a una crisis económica profunda. Para la senadora, el aumento decretado en Colombia responde más a una estrategia populista que a una política responsable de largo plazo.

Desde el Gobierno, la respuesta ha sido defender el impacto social de la medida. Petro afirmó que el incremento representa un crecimiento real del ingreso, superior al de administraciones anteriores, y sostuvo que el fortalecimiento del poder adquisitivo impulsa el consumo interno, dinamiza la economía y contribuye a reducir la pobreza. En la misma línea, el ministro de Trabajo Antonio Sanguino señaló que el ajuste salarial es un paso decisivo hacia la dignificación del trabajo y el bienestar de las familias.

El nuevo salario mínimo quedó compuesto por un salario base de 1.750.905 pesos y un auxilio de transporte de 249.095 pesos, aunque este último no aplica en todas las regiones del país. La medida impactará directamente a cerca de 2,4 millones de trabajadores formales, según cifras oficiales.

Mientras el Ejecutivo resalta indicadores como la reducción del desempleo y la pobreza, sectores críticos advierten que el aumento podría traducirse en mayores costos empresariales, presiones inflacionarias y riesgos para el empleo formal. Así, el debate sobre el salario mínimo vuelve a reflejar la polarización política del país y deja abiertas preguntas sobre sus efectos reales en la economía colombiana durante 2026.