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Misión La Guajira demuestra que sí es posible transformar territorios olvidados afirma Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez

Misión La Guajira y Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez. Foto: Presidencia

La Guajira vuelve a ser ejemplo nacional gracias a una iniciativa que rompió barreras históricas y desmontó prejuicios sobre la posibilidad de trabajar con las comunidades indígenas del departamento. Así lo aseguró Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, presidente del Grupo Aval, al destacar los avances y el futuro de Misión La Guajira, un proyecto que ya llevó agua potable, energía y nuevas oportunidades económicas a cientos de familias.

En diálogo con La W, Sarmiento Gutiérrez contó que el mayor reto no fue logístico, sino cultural: derribar la idea de que en La Guajira “nada se puede hacer” y que las comunidades Wayúu no aceptan proyectos externos.

“Romper paradigmas fue lo principal. La gente decía que en La Guajira no se avanza porque es difícil lograr cualquier cosa. La verdad es que nadie puede llegar a imponer soluciones sin antes escuchar sus necesidades”, afirmó.

El empresario señaló que el equipo encontró un territorio con profundas carencias, pero también con un enorme potencial humano y cultural. Uno de los hallazgos más significativos fue el talento de las artesanas Wayúu, quienes producían mochilas y mantas de gran calidad, pero vendidas a precios muy bajos, muchas veces a cambio de comida.

Ese diagnóstico llevó a la creación de La Tienda de la Empatía, una iniciativa para capacitar a las artesanas en comercialización, creación de marca, procesos de venta y canales digitales. Según Sarmiento Gutiérrez, hoy ya están en conversaciones con Juan Valdez, Amazon y otras marcas nacionales e internacionales para llevar estos productos a nuevos mercados con precios justos.

Una misión que no termina con la entrega de obras

Aunque las primeras etapas de Misión La Guajira ya cumplieron con su objetivo de llevar agua potable, electrificación y oportunidades económicas, Sarmiento Gutiérrez fue claro en que este proceso no puede quedarse en resultados puntuales, sino construirse como un proyecto sostenible en el tiempo.

“El reto ahora es garantizar que Misión La Guajira no sea solo entrega de proyectos. Hay que buscar cómo mantenerla viva, cómo fortalecerla y cómo asegurar que estas comunidades sigan recibiendo apoyo”, explicó.

El empresario reiteró que la clave ha estado en una gestión eficiente y transparente, basada en escuchar y trabajar con la comunidad. Por eso, envió un mensaje directo al Estado:

“Miren que sí se puede. No hubo un centavo malgastado. Todo está en tomar decisiones, gerenciar bien y ejecutar. Si demostramos que funciona, el Estado también puede lograrlo.”

Misión La Guajira continuará sumando aliados y ampliando su alcance en los próximos meses, consolidándose como una de las iniciativas privadas más importantes para el desarrollo social del departamento.