El expresidente Álvaro Uribe Vélez sorprendió al país político y judicial al presentar ante el Tribunal Superior de Bogotá una carta en la que renunció de manera voluntaria a la prescripción del proceso que se adelanta en su contra, relacionado con los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal.
La decisión adquiere gran relevancia, ya que la fecha límite para que los magistrados resolvieran la apelación de la condena dictada en su contra estaba fijada para el 16 de octubre de este año. Uribe fue sentenciado en primera instancia a 12 años de prisión domiciliaria, fallo que actualmente se encuentra en revisión.
Con esta determinación, el exmandatario busca enviar un mensaje de disposición frente al proceso judicial que enfrenta, dejando en claro que no pretende beneficiarse de los tiempos procesales que hubieran conducido a la extinción de la acción penal por vencimiento de términos.
La renuncia a la prescripción abre un nuevo capítulo en uno de los casos más mediáticos y polémicos de la política y la justicia colombiana en los últimos años. El país permanece a la expectativa de lo que será la decisión del Tribunal Superior de Bogotá sobre el recurso de apelación, en un fallo que podría redefinir no solo la situación jurídica de Uribe, sino también el panorama político nacional.
Fuentes cercanas al proceso señalan que, con este gesto, el expresidente busca reafirmar su voluntad de enfrentar el juicio en todas sus instancias, mientras sus opositores y defensores debaten sobre el impacto que esta decisión tendrá en el desarrollo del caso y en la opinión pública.