El vínculo entre abuelos y nietos no solo es entrañable, también es profundamente valioso para el desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños, niñas y adolescentes. Esta relación intergeneracional fortalece a ambas partes: aporta estabilidad, cariño y sabiduría a los más pequeños, y da propósito y bienestar a los adultos mayores.
Reconociendo la importancia de este lazo familiar, en Colombia fue aprobada la Ley 2229 de 2022, que establece un régimen especial de visitas para los abuelos. Esta norma les permite solicitar legalmente el derecho de compartir tiempo con sus nietos, incluso si uno de los padres con custodia no está de acuerdo.
La ley modificó el artículo 256 del Código Civil colombiano, creando herramientas legales para que los abuelos puedan solicitar ante un juez la regulación de un régimen de visitas.
Pero, ¿qué pueden hacer los abuelos si los padres impiden ese contacto?
El abogado de familia Jimmy Jiménez explica que lo primero es intentar un proceso de conciliación, que puede realizarse en el ICBF o en un centro de conciliación privado. Si no se logra un acuerdo, los abuelos pueden presentar el caso ante un juzgado de familia.
Allí, el juez estudiará las pruebas y decidirá si concede las visitas, cuándo deben realizarse y bajo qué condiciones, siempre pensando en el bienestar del menor. Es importante aclarar que el juez no autorizará visitas si existe evidencia de que alguno de los abuelos ha sido condenado por violencia intrafamiliar, delitos sexuales o sufre de condiciones que pongan en riesgo la integridad del menor.
Esta ley reconoce que los abuelos no solo son cuidadores ocasionales o figuras de cariño: son parte fundamental de la red de apoyo familiar y tienen derecho a construir recuerdos, afectos y aprendizajes junto a sus nietos.