En medio del fervor de miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro y la expectación mundial, el humo blanco emergió desde la chimenea de la Capilla Sixtina a las 18:07 hora local, anunciando al mundo que la Iglesia Católica ya tiene un nuevo Papa. Se trata del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, quien ha sido elegido como el Papa número 267 y ha decidido asumir el nombre de León XIV.
La elección se produjo luego de dos días de deliberaciones en el cónclave más diverso y numeroso de la historia moderna de la Iglesia, donde 133 cardenales electores de 70 países votaron en completo aislamiento, bajo el tradicional juramento de secreto. El nuevo pontífice alcanzó la mayoría requerida de dos tercios, es decir 89 votos, y su nombramiento fue anunciado al mundo por el cardenal protodiácono Dominique Mamberti desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
Minutos después, el nuevo Papa León XIV apareció ante la multitud para dar su primera bendición Urbi et Orbi —a la ciudad y al mundo— marcando así el inicio de una nueva era para la Iglesia católica.
Robert Francis Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, y fue nombrado cardenal por el Papa Francisco. Su iglesia titular es la de Albano, y su elección refleja la continuidad con una visión aperturista y global, que Francisco promovió durante su pontificado.
El cónclave, que inició tras la muerte del papa Francisco el pasado 21 de abril y los tradicionales nueve días de luto, fue ágil y decisivo. Se llevaron a cabo cuatro votaciones, replicando la misma rapidez que tuvo la elección de Benedicto XVI en 2005. La votación de este jueves, finalmente, selló el consenso en torno a un líder que representa un equilibrio entre la experiencia pastoral, el conocimiento doctrinal y una visión moderna del papel de la Iglesia en el mundo.
Este proceso de elección también se destacó por su carácter multicultural. Con representantes de África, América, Asia, Europa y Oceanía, la diversidad en el colegio cardenalicio es reflejo de una Iglesia en plena expansión y transformación global. En total, 17 países de África, 15 de América, 17 de Asia, 18 de Europa y 4 de Oceanía estuvieron representados en esta elección histórica.
Con la llegada de León XIV, la Iglesia católica abre un nuevo capítulo que promete estar marcado por el diálogo interreligioso, la unidad dentro de la institución, el enfoque humanitario en migración, la transparencia financiera y el compromiso con los desafíos globales como la paz, el cambio climático y la lucha contra los abusos. El mundo católico espera, con esperanza y fe, el liderazgo de un Papa que ya es símbolo de renovación.