Un artículo publicado por The New York Times reveló detalles inéditos sobre la gestión de la crisis diplomática entre los gobiernos de Gustavo Petro y Donald Trump, desatada tras la negativa de Colombia a recibir un avión con deportados. Según el medio, Laura Sarabia, designada canciller de Colombia, recurrió al expresidente Álvaro Uribe para buscar apoyo y restablecer las relaciones con Washington.
La intervención de Uribe en el conflicto
El artículo señala que el expresidente Álvaro Uribe habría llamado a Sarabia para ofrecer su ayuda, afirmando: “Tenemos diferencias con el presidente Petro, pero esta situación necesita resolverse. ¿Cómo puedo ayudar?”. Sarabia, según The New York Times, le pidió que contactara a sus aliados en Estados Unidos, incluido el secretario de Estado Marco Rubio, para mediar en la situación.
Por su parte, Uribe aclaró en su cuenta de X (antes Twitter) que no fue Sarabia quien lo buscó directamente, sino un intermediario ajeno a la política, quien coordinó la comunicación. “La señora Canciller me comentó que ya tenían una solución en consulta. Le respondí que el tema requería una acción urgente”, afirmó el expresidente.
1. Se supo la noticia del grave problema con los Estados Unidos;
2. El partido Centro Democrático publicó en redes un comunicado, que me correspondió redactar;
3. Me llamó una tercera persona, quien ninguna participación tiene en la política, me dijo que la señora Canciller…— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) January 28, 2025
El contexto de la crisis
El conflicto inició cuando el presidente Petro rechazó la llegada de un vuelo con colombianos deportados, en protesta por las condiciones en las que serían trasladados. La administración de Trump respondió suspendiendo la emisión de visas en Colombia, incrementando aranceles a productos nacionales y revocando visas de funcionarios del gobierno colombiano. Petro contraatacó con medidas similares, intensificando las tensiones.
La presión económica y política llevó a que representantes colombianos, incluidos expresidentes, buscaran soluciones con intermediarios en Washington para mitigar los daños. Según Sarabia, la situación requería que se pusieran las relaciones internacionales por encima de los intereses internos: “Las conversaciones que realicé tenían como fin salvaguardar los intereses de ambas naciones”, declaró en un comunicado oficial.
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) January 27, 2025
Resolución y consecuencias
Finalmente, el domingo en la noche, el gobierno colombiano aceptó las condiciones impuestas por Trump, lo que permitió desactivar las medidas comerciales. Sin embargo, algunas sanciones, como la suspensión de visas, se mantienen hasta que se reciba el primer vuelo de deportados.
El episodio dejó secuelas significativas, afectando a sectores económicos clave como el de las flores y el aguacate, y generando incertidumbre entre los colombianos que trabajan en organismos internacionales. Aunque la crisis se ha “superado” en lo inmediato, este capítulo ha dejado en evidencia las tensiones diplomáticas y la fragilidad de la relación bilateral entre Colombia y Estados Unidos.