Luego de más de 20 horas de intensas labores de rescate, el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, confirmó el fallecimiento de los tres mineros que quedaron atrapados en una mina ilegal de carbón, ubicada en la vereda El Empalizado del municipio de Zipaquirá.

La tragedia, originada por una explosión al interior del socavón la noche del miércoles, encendió las alarmas y movilizó a organismos de socorro, autoridades mineras y entes territoriales, que trabajaron contra el tiempo para intentar rescatar con vida a los trabajadores.

“Lamentamos profundamente esta tragedia. A sus familias les enviamos nuestras condolencias. Desde la Secretaría de Energía y Minería Sostenible hemos solicitado que se les brinde el acompañamiento psicosocial necesario para afrontar este difícil momento”, expresó el gobernador Rey, quien además reiteró la necesidad de ejercer la minería bajo condiciones legales y seguras.

Las labores de rescate se vieron dificultadas por las condiciones de la mina, que funcionaba de manera clandestina y presentaba múltiples riesgos estructurales. Según el alcalde de Zipaquirá, Fabián Rojas, los mineros se encontraban a una profundidad aproximada de 180 metros. “Estas minas no cuentan con permisos ni controles técnicos, lo que representa un peligro latente para quienes se arriesgan a laborar en su interior”, manifestó.

En la zona se instaló un Puesto de Mando Unificado desde el cual se coordinó la operación, que incluyó la ventilación de gases tóxicos, la remoción de escombros y la intervención de equipos especializados. La Agencia Nacional de Minería, junto a los Bomberos, la Cruz Roja, la Defensa Civil y la Personería Municipal, participaron activamente en el proceso de búsqueda.

La Fiscalía General de la Nación asumió la investigación para establecer las causas exactas del incidente y determinar si existe responsabilidad penal por parte de quienes operaban la mina sin autorización.

“El país no puede seguir naturalizando tragedias evitables. La minería ilegal no solo atenta contra el medio ambiente, sino que cobra vidas humanas”, enfatizó Rey, quien hizo un llamado enérgico a erradicar este tipo de explotación sin controles ni licencias.

Mientras avanza la investigación, el municipio de Zipaquirá y toda Cundinamarca lloran la pérdida de tres trabajadores que, en busca de sustento, fueron víctimas de una práctica que continúa cobrándose vidas en silencio.

La Gobernación anunció que se reforzarán las acciones de inspección, vigilancia y control para prevenir nuevos hechos lamentables en la región.