El Departamento de Defensa de Estados Unidos publicó los primeros registros audiovisuales del despliegue militar que avanza hacia aguas del sur del Caribe, en cercanías a las costas de Venezuela. En las imágenes se observa a infantes de marina y marineros de la Armada cargando proyectiles de artillería y equipos estratégicos a bordo del buque de transporte anfibio USS San Antonio y del buque de asalto anfibio USS Iwo Jima, ambos parte del Grupo Anfibio Listo.
Los uniformados movilizaron municiones de largo alcance tipo M795 de 155 mm, diseñadas para detonar potentes cargas explosivas y generar amplias zonas de fragmentación, con capacidad de destruir equipos militares y neutralizar personal enemigo. Además, el material audiovisual muestra aerodeslizadores, helicópteros y aviones de transporte entrando y saliendo de las cubiertas de los navíos clase San Antonio y Wasp.
El registro corresponde al pasado 22 de agosto, horas antes de que los buques zarparan desde la Base Naval de Norfolk, Virginia, rumbo al sur del Caribe. Según el Pentágono, se trata de un despliegue programado; sin embargo, es el primero de un escuadrón de siete buques de guerra y un submarino cuya movilización fue ordenada recientemente por la Casa Blanca.
La magnitud de la operación ha encendido las alarmas en Caracas. El gobierno de Nicolás Maduro observa con preocupación la presencia militar estadounidense frente a sus costas, interpretándola como una maniobra de presión directa.
Desde Washington, fuentes oficiales aseguran que el operativo busca reforzar la lucha contra las llamadas “organizaciones narcoterroristas” que operan en la región. No obstante, analistas internacionales sostienen que el movimiento también tiene un trasfondo geopolítico, configurándose como el despliegue más grande de Estados Unidos en el Caribe desde la invasión a Panamá en 1989.
El arribo de estas fuerzas navales podría elevar aún más la tensión diplomática entre ambos países y marcar un nuevo capítulo en las ya deterioradas relaciones entre Washington y Caracas.