El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, advirtió que Estados Unidos triplicó en agosto las operaciones de inteligencia aérea sobre territorio venezolano y reforzó su presencia naval en el mar Caribe, una situación que Caracas interpreta como una amenaza directa a su soberanía. Según el funcionario, este incremento se enmarca en un “patrón” de vuelos de aviones espía que pasaron de operar en horarios diurnos a realizar incursiones nocturnas y de madrugada.
Durante un balance de entrenamientos militares para civiles, Padrino López detalló que el sábado se detectaron aviones tanqueros que abastecen de combustible a aeronaves de reconocimiento RC-135, diseñadas para recopilar y procesar información en tiempo real a un alcance de hasta 200 millas, lo que según el gobierno venezolano incluye parte de su espacio aéreo. También señaló la frecuente presencia del avión E-3 Sentry AWACS en aguas cercanas a las costas venezolanas.
La denuncia se produjo un día después de que Caracas reportara que militares estadounidenses del destructor USS Jason Dunham retuvieron durante ocho horas a un buque atunero que navegaba en el Caribe venezolano. “Sabemos el despliegue que tienen en el mar Caribe con toda la intención de sembrar una guerra que no queremos los venezolanos ni los pueblos del Caribe”, afirmó Padrino López en declaraciones transmitidas por la televisión estatal.
Washington sostiene que la presencia de sus fuerzas en la región forma parte de operaciones antinarcóticos y acusa al presidente Nicolás Maduro de liderar una organización conocida como “El Cartel de los Soles”. Estados Unidos no reconoce a Maduro como jefe de Estado y mantiene una recompensa de 50 millones de dólares por su captura, justificando así su despliegue militar en el Caribe.
En respuesta, el gobierno venezolano insiste en que el país está libre de cultivos ilícitos y que en 2025 ha incautado más de 53 toneladas de drogas, en su mayoría cocaína proveniente de Colombia. Caracas considera que las acusaciones de Washington son “provocaciones” y “pretextos” para reforzar la presión política y militar sobre su territorio.
La escalada verbal coincide con el anuncio del presidente Donald Trump de la muerte de 11 presuntos narcotraficantes en una lancha que, según autoridades estadounidenses, habría zarpado de Venezuela. El episodio refleja la tensión permanente en la relación bilateral y el riesgo de incidentes en una de las zonas más sensibles para la seguridad y el comercio del hemisferio.