En una noche intima Valka abrió su alma ante más de 500 asistentes en el teatro de la Universidad de Envigado. Allí no solo presentó su primer álbum, Valkiria, sino que tejió con cada canción un relato emocional que atrapó al público desde la primera nota. Este debut musical no es un simple paso en su carrera es una declaración emocional, una catarsis hecha música. Valka, la joven artista colombiana que ha conquistado millones de seguidores en redes sociales, decidió transformar su historia personal en una obra sonora donde el dolor, la resiliencia y la sanación se entrelazan en cada verso.
El album no se limita a ser una producción musical es algo íntimo a lo largo de 13 canciones, Valka explora las diferentes etapas del duelo amoroso, desde la tristeza más cruda hasta la luz del renacer. Es un viaje que no solo expone sus heridas, sino que también celebra su proceso de reconstrucción. Con una narrativa fuerte y sincera, este álbum propone una experiencia en la que muchas personas podrán reconocerse. “Quise crear un refugio para quienes han amado sin medida y han tenido que aprender a soltar”, comenta Valka.
Con más de 3 millones de seguidores en TikTok y un millón en Instagram, Valka no es una figura distante para sus fans. Su autenticidad y capacidad para conectar con emociones profundas la han convertido en una referente para muchos jóvenes que ven en su música un lugar seguro donde ser vulnerables también es válido. Más que una intérprete, es una narradora de emociones cotidianas, de esas que muchos callan y pocos saben expresar. Su comunidad digital no solo la escucha: la acompaña, la siente, la vive.
Detrás del proyecto hay nombres de peso Bull Nene, Tuny D y Rene Da Silva participaron en la producción, fusionando lo urbano con lo melódico, lo moderno con lo sentimental. El resultado es una mezcla de pop, reguetón, balada y electrónica que refuerza el carácter versátil del álbum. ada uno de los sencillos como Date Cuenta, Que Va y Melo está acompañado por una propuesta visual de alto impacto, filmada en 4K y dirigida por Paloma de 36 Grados. La dirección artística apuesta por una estética sensorial y futurista que complementa el universo emocional del álbum. “No quería simples videoclips. Necesitaba traducir visualmente lo que sentí escribiendo cada canción”, explica la artista.
Más allá del éxito digital o del reconocimiento que empieza a consolidarse en la escena musical, Valka propone una forma distinta de acercarse al arte: desde la emoción sin filtro, desde la verdad de lo vivido. Valkiria no solo lanza una carrera prometedora; lanza un manifiesto. Uno que pone al centro las emociones femeninas, la vulnerabilidad como fortaleza y la música como herramienta de transformación. Con esta apuesta, Valka deja claro que no vino a replicar fórmulas, sino a abrir caminos nuevos dentro de la música latina. Y su voz una mezcla de ternura, fuerza y honestidad ya empieza a resonar mucho más allá de las plataformas digitales.