La empresa de transporte Sobusa alertó sobre la posibilidad de suspender su operación en el corredor universitario debido a las graves afectaciones causadas por los retrasos en la ejecución de la obra de La Gran Vía. El deterioro de las vías, los desvíos prolongados y el desgaste de los vehículos han puesto en riesgo la continuidad del servicio que conecta la Universidad del Norte con la Universidad del Atlántico.

Jhon Ospina, jefe de ruta de la compañía SOBUSA, aseguró que las condiciones actuales hacen insostenible mantener las operaciones. “La situación es crítica. Antes, un recorrido que tomaba cinco minutos ahora puede durar hasta 40. Nuestros buses se están deteriorando rápidamente, los costos de mantenimiento aumentaron y la congestión hace que el servicio sea cada vez más difícil de cumplir”, explicó.

El cierre del tramo frente a la Universidad del Atlántico y la interrupción de la carrera 51B a la altura del centro comercial LE CHAM han generado un caos vial que afecta tanto a los transportadores como a los usuarios del sector. “Nos toca ingresar por zonas de la playa y realizar desvíos muy largos para cumplir con las rutas, pero cada vez se hace más complicado. Si esto continúa, tendremos que sacar el servicio del corredor universitario porque no hay cómo conectar ambos campus”, añadió Ospina.

Los barrios Villa Campestre y Country Club Villas son los más afectados por la congestión y el desvío de rutas. Los habitantes denuncian que el paso constante de buses por calles residenciales ha deteriorado las vías y aumentado los problemas de inseguridad. “Las calles se están hundiendo, las losas están partidas y la vía quedó totalmente destruida. El daño que ha hecho el desvío es enorme”, afirmó una vecina del sector.

La obra de La Gran Vía, considerada una de las más importantes para mejorar la movilidad metropolitana, avanza con lentitud en el tramo que conecta Barranquilla y Puerto Colombia. Mientras tanto, miles de estudiantes y trabajadores que dependen del transporte público en el corredor universitario enfrentan demoras, sobrecostos y dificultades diarias para movilizarse.

De no encontrarse una solución inmediata entre la empresa, las autoridades y los contratistas, la suspensión del servicio de Sobusa podría dejar sin transporte a cientos de personas que a diario transitan por esta importante zona académica y residencial del norte del Atlántico.