Un grave hecho de inseguridad golpeó este fin de semana a una de las obras sociales más importantes de la Catedral Metropolitana de Medellín. Delincuentes ingresaron por el techo a la sede del comedor comunitario Almorcemos con Jesús y saquearon el lugar, dejando sin insumos ni infraestructura a quienes, cada semana, alimentaban a cientos de personas vulnerables.
El presbítero Leonardo Martínez, responsable de la obra, explicó que los ladrones no solo se llevaron los implementos de cocina, sino también los alimentos almacenados, dañaron las neveras y causaron destrozos en el espacio que cada domingo entregaba 400 almuerzos a personas de escasos recursos, entre ellos niños, adultos mayores y habitantes de calle.
“Nos dejaron sin nada para atender a los pobres”, expresó con profundo dolor el presbítero, quien también explicó que la iniciativa no se limita al comedor. En articulación con parroquias de sectores populares, también entregaban 200 mercados quincenales, ofrecían ropa a bajo costo en su ropero solidario y contaban con una escuela de música para niños y niñas de la comunidad.
El robo dejó en pausa inmediata la entrega de alimentos y mercados, ya que la infraestructura fue afectada y se necesita recuperar tanto los equipos como los insumos para retomar el servicio. Sin embargo, el equipo pastoral se mantiene firme en su propósito de seguir sirviendo a quienes más lo necesitan.
Por ello, desde la Catedral Metropolitana se lanzó una campaña de solidaridad con el objetivo de recaudar donaciones que permitan reactivar el comedor y demás programas sociales. “Hoy más que nunca pedimos tu colaboración para recuperar esta misión que, domingo a domingo, alimenta con amor a nuestros hermanos más necesitados”, señalaron en un mensaje dirigido a la ciudadanía.
Desde lavibrante.com nos unimos al llamado de apoyo y resaltamos la importancia de estas obras sociales que sostienen con dignidad y amor a las poblaciones más olvidadas. La solidaridad de todos será clave para que Almorcemos con Jesús vuelva a encender sus fogones y a alimentar no solo cuerpos, sino también esperanzas.