Con la elección del cardenal Robert Francis Prevost como nuevo líder de la Iglesia católica bajo el nombre de León XIV, el Vaticano vive un capítulo sin precedentes en su historia. Proveniente de Chicago y con una trayectoria pastoral destacada en Perú, León XIV es el primer pontífice nacido en Estados Unidos, lo que representa un giro significativo en la conducción espiritual del catolicismo a nivel global.
Más allá del simbolismo de su elección, el nuevo papa ha acaparado la atención internacional por otro motivo: su posible decisión de aceptar el salario oficial del pontificado, una suma que su antecesor, el fallecido papa Francisco, había renunciado a recibir durante todo su pontificado.
De acuerdo con estimaciones citadas por la revista Fortune, el salario mensual del Papa asciende a 30.000 euros, lo que equivale a aproximadamente 33.800 dólares mensuales, sumando un ingreso anual cercano a los 405.600 dólares. Esta cifra iguala el salario del presidente de Estados Unidos y supera al de la mayoría de altos funcionarios del mundo, incluidos rectores universitarios de prestigiosas instituciones estadounidenses.
Durante su pontificado, el papa Francisco decidió rechazar dicho salario y redirigir esos recursos a obras sociales y causas benéficas, gesto que reforzó su imagen de humildad y compromiso con los más necesitados. Hasta ahora, no se ha confirmado si León XIV seguirá ese camino o si optará por recibir el salario completo.
Más allá del aspecto económico, el papa León XIV también accede a una serie de beneficios financiados por el Vaticano. Estos incluyen residencia en el Palacio Apostólico, seguridad permanente por parte de la Guardia Suiza, atención médica integral, vehículos oficiales, alimentación, vestimenta litúrgica y una red completa de apoyo en caso de retiro o renuncia, como ocurrió con Benedicto XVI.
En caso de convertirse en papa emérito, también recibiría una pensión vitalicia de 2.500 euros mensuales (aproximadamente 3.300 dólares), junto con alojamiento y asistencia médica garantizados dentro del Estado Vaticano.
En un mundo donde figuras como Elon Musk o Mark Zuckerberg han optado por salarios simbólicos y otros líderes ganan cifras millonarias a través de bonos y acciones, el cargo de sumo pontífice se mantiene como una de las posiciones más influyentes y privilegiadas tanto espiritual como materialmente.
La llegada de León XIV abre una nueva etapa en la Iglesia católica, marcada por el simbolismo de su origen estadounidense, pero también por decisiones que podrían reconfigurar el estilo del papado en tiempos de profundos desafíos para la fe y la humanidad.