Barranquilla se consolida como un punto estratégico para la inversión extranjera con la apertura de la planta de la multinacional israelí Adama, reconocida en el mundo por la producción de fertilizantes y plaguicidas. La compañía inauguró este viernes su nueva sede en la Zona Franca, con una capacidad inicial de producción de 10.000 toneladas anuales de agroquímicos, destinados principalmente al mercado brasileño.
Durante el acto de apertura, Luz Amanda Copete, gerente general de Adama Colombia, destacó la ubicación del Atlántico como un factor clave para la expansión de la empresa. “Si uno quiere hacer patria debe estar ubicado en el Atlántico. No solo por las ventajas de estar en zona franca, sino por su ubicación frente al océano y su potencial exportador”, afirmó.
La llegada de la compañía representa un importante impulso para el empleo en la región, con la generación de 50 trabajos directos y más de 200 indirectos. El gobernador Eduardo Verano celebró la inversión y entregó a la empresa una placa conmemorativa, nombrándola oficialmente como “Embajador Atlántico para el Mundo”. “Seguimos trabajando para atraer empresas que impulsen el desarrollo económico y social de nuestra región”, manifestó.
La sostenibilidad y la innovación son dos de los pilares de este proyecto, que busca fortalecer la cadena de suministro agroindustrial. “Estamos orgullosos porque este proyecto es resultado del esfuerzo del talento colombiano. Desde el diseño hasta la producción, todo ha sido hecho localmente. Barranquilla ahora es un punto clave en nuestra operación global”, señaló Óscar Rodríguez, gerente de Supply Chain Andinos Norte de Adama.
Por su parte, la secretaria de Desarrollo Económico del Atlántico, Marisabella Romero, destacó la importancia de esta nueva planta para el crecimiento regional. “La inversión privada, acompañada de políticas públicas sólidas, es la llave para seguir construyendo un Atlántico competitivo e innovador”, expresó.
Con esta apertura, Adama no solo refuerza su presencia en Latinoamérica, sino que también consolida a Barranquilla como un epicentro de desarrollo industrial, sostenible y exportador, capaz de atraer proyectos de talla mundial.