Ozzy Osbourne, ícono del rock y vocalista de la mítica banda Black Sabbath, falleció a los 76 años, según confirmó la agencia Associated Press a través de un comunicado emitido por su familia. El artista murió rodeado de sus seres queridos, pocas semanas después de su última presentación en vivo durante el concierto “Back to the Beginning” en Villa Park, Birmingham.

“Con una tristeza indescriptible, informamos del fallecimiento de nuestro querido Ozzy Osbourne esta mañana. Estaba con su familia, rodeado de cariño. Les pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”, expresó el comunicado oficial.

La muerte de Osbourne marca el fin de una era para el heavy metal. Reconocido por su voz inconfundible, su irreverencia y un legado musical que inspiró a generaciones enteras, Ozzy fue tanto venerado como polémico. Desde morder un murciélago en pleno escenario hasta ser señalado por sectores religiosos como “adorador del diablo”, su figura nunca pasó desapercibida.

Durante su carrera, no solo lideró a Black Sabbath, sino que también desarrolló una sólida trayectoria como solista. En años recientes, su familia lo introdujo a una nueva generación de fanáticos a través del reality show “The Osbournes”, pionero de un formato que luego emularían figuras como las Kardashian.

Su última reunión con Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward para el evento “Back to the Beginning” fue anunciada como su despedida definitiva de los escenarios, una especie de homenaje final que ahora adquiere un valor aún más simbólico para sus seguidores.

El mundo del rock pierde a uno de sus más grandes exponentes, pero el legado de Ozzy Osbourne seguirá resonando a todo volumen, como un himno eterno de la historia del metal.