Después de casi diez años bajo las limitaciones de un contrato discográfico que firmó a los 18 años, Kesha logró recuperar el control legal sobre su voz y su trayectoria. En una conversación con Monica Lewinsky para el podcast Reclaiming with Monica Lewinsky, la artista compartió que al principio no comprendía las implicaciones de ceder sus derechos “en el universo en perpetuidad”.
Durante ese periodo, su única forma de liberación consistió en seguir produciendo música para quienes manejaban su futuro, incluso mientras enfrentaba litigios con ellos.
Kesha describió su liberación como una experiencia surrealista, comentando: “Salí al patio como cualquier otro día, y dos minutos después, era libre. La escena era la misma, pero todo había cambiado”.
Para Kesha, alcanzar este hito significó mucho más que simplemente recuperar el control sobre su música. En el pódcast, ella describe cómo comenzó un proceso de introspección, cuestionándose cómo podía liberarse del miedo al juicio de los demás y cómo incorporar todas las vivencias de su pasado en una narración auténtica de autoaceptación.
Asimismo, Kesha subrayó la importancia de la seguridad emocional como un aspecto fundamental para fomentar su creatividad. “Sentirse seguro es el primer paso para crear buen arte. Eso fue algo que no viví durante un largo periodo”, comentó. La fusión de lo espiritual con lo artístico se transformó en una prioridad para ella, moldeando giras y actuaciones que intentan ser experiencias transformadoras y curativas tanto para ella como para su público.
“Tits Out Tour”: reivindicación del cuerpo y la alegría
La más reciente gira de Kesha, llamada “Tits Out Tour”, representa el punto culminante de su liberación reciente. Motivada por su residencia artística en Big Sur, la cantante decidió honrar su cuerpo y su historia personal. “Este es mi cuerpo, el cual ha enfrentado la vergüenza pública durante años. Es mi cuerpo y lo voy a mostrar. Estoy orgullosa de él. Intentaron hacerme sentir lo contrario, pero lo amo”, afirmó.
A través de esta gira, la artista anima a los asistentes a crear un entorno de autoaceptación, alegría y sanación. “El Tits Out Tour es una fiesta por estar viva, por amar mi cuerpo y por la libertad”, indicó.
La gira propone que el público se presente listo para conectarse tanto consigo mismo como con los demás, buscando vivir experiencias de felicidad compartida. “Quiero que las personas lleguen con sus corazones abiertos, con energía positiva, que se presenten tal como son”, subrayó Kesha, esperando que cada presentación sea una vivencia de comunidad, seguridad y bienestar.