El fundador del partido Primero Justicia y expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, calificó como un “acto de justicia histórica” el Premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado. En entrevista, Borges afirmó que este reconocimiento representa no solo un triunfo personal para la líder opositora, sino también un homenaje al pueblo venezolano que ha resistido más de dos décadas de autoritarismo.
“El Nobel de la Paz simboliza un paso enorme en la posibilidad cierta de lograr la libertad en Venezuela. Este galardón valida el papel de María Corina como figura que encarna el sufrimiento y la esperanza del pueblo venezolano, incluso desde la clandestinidad”, expresó el dirigente, quien destacó el impacto moral que tendrá la distinción en el proceso de transición política que, según él, ya se encuentra en marcha.
Borges enfatizó que la principal fortaleza de la oposición no radica en la confrontación política o militar, sino en el liderazgo ético. “Las dictaduras se terminan venciendo con liderazgo moral. Lo que hace la diferencia es el testimonio moral, y eso es lo que representa María Corina Machado”, señaló.
El exdiputado aseguró que el premio también refleja una posición unánime de la comunidad internacional frente a la necesidad de un cambio democrático en el país. “No hay controversia. El mundo está de acuerdo en que Venezuela necesita recuperar su libertad y su institucionalidad”, dijo, al tiempo que consideró que el reconocimiento podría fracturar el bloque de poder del gobierno de Nicolás Maduro y acelerar una transición política.
Frente a los posibles efectos del galardón sobre el régimen chavista, Borges descartó la posibilidad de una escalada violenta o una intervención militar. “Venezuela no está al borde de la guerra civil. El poder en el país está concentrado en una minoría microscópica que se sostiene gracias a alianzas con grupos irregulares y redes del crimen organizado”, explicó.
También señaló que la situación venezolana supera cualquier análisis ideológico. “Maduro no es un problema de izquierda o derecha, es un problema de criminalidad y corrupción. Verlo como una disputa ideológica es un error que solo beneficia al régimen”, advirtió Borges, al referirse a los países que han mantenido posturas ambiguas frente al gobierno venezolano.
En ese sentido, criticó la posición del presidente colombiano Gustavo Petro. “Me parece un error existencial que la historia se lo va a cobrar, porque no hay ninguna justificación para guardar silencio frente a los atropellos del régimen”, afirmó.
Aunque advirtió que podría aumentar la represión contra la oposición, Borges destacó algunos gestos recientes que evidencian un leve debilitamiento del gobierno. “Por primera vez en meses, varios presos políticos pudieron ver a sus abogados y recibir visitas de sus familiares, algo que coincide con la campaña de la Iglesia católica llamada ‘canonización sin presos políticos’”, comentó.
Finalmente, Borges subrayó que el reconocimiento internacional a Machado reaviva la esperanza de millones de venezolanos dentro y fuera del país. “Este premio no solo honra su lucha, sino que da fuerza a una nación entera que sigue resistiendo y soñando con su libertad. El liderazgo moral, tarde o temprano, siempre vence”.


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