La producción de estos microlotes se distingue por su alta calidad, presentando características sensoriales únicas y un perfil de taza exclusivo, atributos que son altamente valorados por los compradores tanto locales como internacionales. El primer varietal lanzado por la marca a inicios de este año fue el café especial Geisha del Huila, cosechado en la finca La Florida.
“La inclusión de cafés especiales cultivados en microlotes en nuestro portafolio nos permite demostrar nuestra experiencia en la industria cafetera, además de atraer a consumidores exigentes que buscan granos de calidad superior,” afirmó Doménico Barbato, vicepresidente de mercadeo y comercial de Juan Valdez. Asimismo, Barbato añadió que “hemos incrementado la adquisición de cafés provenientes de programas de impacto, que se caracterizan por tener un costo superior debido a su calidad. Por esta razón, estamos resaltando los cafés de especialidad producidos por nuestros caficultores.”
Según un informe de Grand View Research, el mercado global de café de especialidad, que incluye algunos cafés de microlotes, alcanzó un volumen de negocio de USD 21.900 millones en 2022, con una proyección de crecimiento anual del 11.3% hasta 2030. Esta tendencia refleja el crecimiento y el potencial de este segmento, que pertenece a la tercera y cuarta ola del café, y que busca fomentar la transparencia, trazabilidad y educación a lo largo de toda la cadena de valor del grano.
A través de estas cosechas especiales, Juan Valdez rinde homenaje a la pasión, dedicación y arte de más de 548 mil familias caficultoras colombianas, inspirándose en la riqueza de los cafetales y en la historia que acompaña a cada grano.