Una profunda conmoción embarga al municipio de Pueblo Nuevo, tras la muerte de Gael David Canchila Oviedo, un bebé de tan solo seis meses de edad. La familia del menor denuncia negligencia médica por parte del personal de salud del Centro de Atención Médica de Urgencias (CAMU) local, luego de que el niño falleciera pocos días después de recibir una vacuna.

Según relataron sus familiares, desde el 6 de mayo el pequeño comenzó a mostrar síntomas preocupantes como dificultad respiratoria, llanto inconsolable, fiebre y hematomas en una de sus piernas. Alarmados por su estado, los padres lo llevaron al CAMU, donde aseguran que no se le practicaron los exámenes necesarios y que únicamente les fue recetada una crema para los moretones, bajo la explicación de que era una reacción común tras la vacunación.

Ante la falta de mejoría y el aumento de la angustia, la familia decidió trasladar a Gael a la clínica Jerusalén en Planeta Rica. Sin embargo, al llegar al centro asistencial, el menor ya no presentaba signos vitales. El impacto de la noticia fue devastador, no solo para sus padres, sino para toda la comunidad que hoy clama por respuestas.

Agravando aún más la situación, los familiares denuncian que la Nueva EPS se negó a autorizar una necropsia que permitiera esclarecer las causas reales del fallecimiento. En su lugar, se emitió un diagnóstico verbal por parte de una pediatra que aseguró que el menor habría muerto por una supuesta obstrucción pulmonar causada por leche materna, una explicación que ha sido cuestionada por expertos y que los familiares consideran evasiva e irresponsable.

Este caso ha puesto en evidencia la crisis del sistema de salud en municipios como Pueblo Nuevo, donde la atención oportuna y de calidad sigue siendo una deuda pendiente. La falta de seguimiento, la presunta negligencia y la ausencia de protocolos claros en el manejo de pacientes pediátricos han generado una ola de indignación entre los habitantes.

Hasta el momento, ni las autoridades municipales ni la Nueva EPS han emitido un pronunciamiento oficial, lo que aumenta la frustración y el dolor de una familia que hoy solo pide justicia para Gael David. Mientras tanto, organizaciones comunitarias y líderes sociales exigen una investigación profunda sobre los hechos y una revisión de los procedimientos médicos aplicados en el caso.

La comunidad de Pueblo Nuevo se ha solidarizado con la familia Canchila Oviedo, acompañándolos en su duelo y sumándose al llamado urgente de atención para evitar que una tragedia como esta se repita. La muerte del pequeño Gael no puede quedar en el olvido ni convertirse en una estadística más. Su historia clama por respuestas, justicia y cambios estructurales en la atención en salud.