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Extraditan a Estados Unidos al dueño del reconocido picó El Grosero por vínculos con narcotráfico internacional

La música y el crimen volvieron a cruzarse en Colombia. En un operativo conjunto entre la Sijín de la Policía Nacional, la DEA y la Fiscalía General de la Nación, fue capturado en Turbo, Antioquia, Marcos Mesa Moreno, conocido en el mundo del espectáculo como Marcos Pinto, y en los registros judiciales como alias Marquitos. El detenido es ampliamente reconocido en la escena musical del Caribe por ser el propietario del picó de champeta El Grosero, así como por promover eventos y artistas del género.

La noticia causó revuelo en redes sociales y entre los seguidores del circuito champetero, donde Marcos Pinto era una figura destacada. Sin embargo, tras varios días de hermetismo, las autoridades confirmaron oficialmente su detención con fines de extradición a los Estados Unidos, país que lo requiere por delitos relacionados con narcotráfico.

La captura de alias Marquitos se dio en el marco de la ‘Operación Chacal’, una ofensiva internacional que busca desarticular redes criminales dedicadas al tráfico de estupefacientes hacia Norteamérica. Según las investigaciones, Pinto usaba su actividad como organizador de eventos y empresario de sonido para camuflar una red de transporte de cocaína vinculada al Clan del Golfo, específicamente a la subestructura ‘Efrén Vargas Gutiérrez’.

Las autoridades lo señalan como uno de los principales dinamizadores del tráfico internacional de cocaína desde el Urabá antioqueño y chocoano. Su papel era clave en la coordinación logística del envío mensual de hasta tres toneladas del alcaloide hacia Centroamérica, con destino final en Estados Unidos.

Alias Marquitos también es considerado hombre de confianza de alias Chejo, un temido cabecilla de la región, y figura como responsable de manejar rutas críticas en la operación del narcotráfico en la zona.

Una corte en Texas emitió la solicitud de extradición en su contra por el delito de concierto para fabricar y distribuir cinco kilos o más de cocaína, delito que podría acarrearle severas condenas en territorio estadounidense.

En redes sociales, la noticia ha generado múltiples reacciones. Algunos seguidores del movimiento picotero expresaron asombro, mientras otros aseguran que era “una crónica anunciada”, señalando las millonarias inversiones hechas por Pinto en su fachada musical.

La captura de Marcos Pinto vuelve a poner sobre la mesa cómo estructuras criminales utilizan la cultura popular y el entretenimiento para esconder operaciones ilícitas de alcance internacional. La justicia ahora determinará el futuro de quien, hasta hace poco, hacía vibrar a miles con su picó, y que hoy enfrenta la justicia más allá de las fronteras colombianas.