A tres años del inicio de la invasión rusa a Ucrania, el panorama geopolítico ha dado un giro inesperado. Mientras Vladimir Putin gana terreno diplomático, Estados Unidos, bajo el liderazgo de Donald Trump, ha reducido drásticamente su apoyo a Ucrania, lo que ha generado gran preocupación en Europa. Ante este escenario, líderes de la Unión Europea buscan estrategias para contener a Rusia y reforzar la seguridad del continente.
Rusia se fortalece en medio de la crisis
Desde que comenzó la guerra en 2022, el Kremlin ha enfrentado un aislamiento internacional sin precedentes. Sin embargo, con el actual distanciamiento entre Washington y Kiev, la posición de Putin se ha fortalecido. Estados Unidos ha presionado a Ucrania para aceptar un cese al fuego inmediato, recortando su apoyo militar e inteligencia, mientras que paralelamente ha buscado negociar con Rusia un restablecimiento de relaciones diplomáticas.
“El gran beneficiado es Vladimir Putin, no solo porque obtiene un respiro en el campo militar, sino también porque logra romper el cerco diplomático y recuperar legitimidad”, señala Jesús Ágreda Rudenko, profesor de la Universidad del Rosario.

Europa refuerza su respaldo a Ucrania
Ante la postura de Trump, los países europeos han reaccionado con rapidez para respaldar a Volodímir Zelenski y evitar que Ucrania quede aislada. Francia y el Reino Unido han liderado las iniciativas para garantizar la seguridad de Ucrania, proponiendo su integración en la OTAN o la presencia de tropas europeas en su territorio para disuadir futuras agresiones rusas.

“Europa debe prepararse para actuar por su cuenta. Rusia ha demostrado que no respeta acuerdos y sigue desestabilizando la región”, advirtió el presidente francés Emmanuel Macron.
Sin embargo, no todos los países están dispuestos a asumir este riesgo. España, bajo el gobierno de Pedro Sánchez, ha descartado el envío de tropas a Ucrania, a pesar de su apoyo político y humanitario a Kiev.
¿Se avecina un acuerdo de paz forzado?
El cambio de postura de Estados Unidos podría obligar a Ucrania a negociar en términos poco favorables. Rusia ha incumplido acuerdos previos como Budapest, Minsk y Minsk II, lo que genera desconfianza en Zelenski sobre cualquier propuesta de cese al fuego sin garantías de seguridad.
“Si las negociaciones se hacen de manera sigilosa y con el respaldo de ambas partes, podríamos ver un acuerdo en el plazo de un año”, afirma Enrique Serrano, analista de política internacional.
Por ahora, Europa sigue en alerta máxima. Mientras Putin aprovecha la incertidumbre global, la Unión Europea busca blindarse ante posibles amenazas y evitar que el conflicto en Ucrania termine consolidando el dominio del Kremlin en la región. El desenlace de esta crisis sigue siendo incierto y marcará el futuro de la geopolítica mundial.