Un nuevo giro en las políticas comerciales de Estados Unidos amenaza con impactar fuertemente la economía colombiana. La reciente decisión del gobierno norteamericano de aumentar un 10% los aranceles a productos de exportación ha encendido las alertas en diversos sectores, especialmente en el logístico. Según el Consejo de Empresas Americanas, el país podría perder hasta el 30% de sus exportaciones hacia EE.UU., uno de sus principales destinos comerciales.
La medida trae consigo implicaciones que van más allá del comercio. Las empresas colombianas deberán enfrentar una reducción en volúmenes de exportación, la disminución en la inversión extranjera y la urgencia de replantear estrategias comerciales. Todo esto obligaría a transformar sus cadenas de suministro y reducir sus costos logísticos, los cuales, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Logística, representan el 17,9% del total operativo.
En este contexto, muchas compañías han comenzado a migrar hacia la automatización de sus procesos. Aunque el uso de tecnología aún es un desafío, herramientas como el rastreo de vehículos (66,7%) y el seguimiento de pedidos (57,9%) ya están ganando terreno en las operaciones logísticas del país.
Juan Ángel, Country Manager de Drivin en Colombia, destaca que ante las nuevas barreras comerciales es vital operar con agilidad, trazabilidad y precisión. “Plataformas como Drivin, que gestionan el transporte en la nube, son claves para reducir costos y mejorar la comunicación entre los actores de la cadena logística”, señaló el directivo.
Entre los impactos más notorios del aumento arancelario se encuentran:
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Aumento de los costos operacionales debido al encarecimiento de materias primas.
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Reconfiguración de rutas comerciales y proveedores logísticos.
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Mayores retrasos por controles aduaneros, lo que afecta especialmente a productos perecederos.
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Volatilidad del tipo de cambio que eleva los costos del transporte internacional.
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Mayor necesidad de visibilidad y control en tiempo real de la cadena logística.
Para productos como flores y frutas, que deben llegar en cuestión de horas a sus destinos, este escenario se vuelve especialmente crítico. Cualquier retraso puede comprometer su calidad y, por ende, la satisfacción del cliente.
En este escenario desafiante, la tecnología se convierte en el mejor aliado para garantizar el monitoreo, respuesta inmediata y sostenibilidad operativa, aportando herramientas clave para que el sector logístico colombiano se reinvente y mantenga su competitividad internacional.