Aún no existe un texto oficial sobre la nueva reforma tributaria que el gobierno de Gustavo Petro está preparando para recaudar 19 billones de pesos y mitigar la crisis fiscal. Sin embargo, en el Congreso se percibe una falta de disposición para discutir el tema. A medida que se acercan las elecciones, varios congresistas han decidido no apoyar una propuesta que sin duda impactará el bolsillo de los ciudadanos colombianos, lo que significa que la iniciativa enfrentará un camino complicado.
La situación incierta del proyecto se reafirmó con la elección de los nuevos presidentes de las comisiones económicas del Senado, la Tercera y la Cuarta, responsables de manejar este tipo de propuestas. Aunque el gobierno intentó posicionar a sus aliados en esos cargos, finalmente fueron elegidos dos senadores que ya manifestaron su oposición a la reforma.
En la Tercera Comisión, se encuentra Jairo Castellanos, del partido En Marcha, liderado por el exministro Juan Fernando Cristo. Aunque ha brindado apoyo al gobierno en otras iniciativas, esta vez se ha distanciado de la propuesta tributaria. “Le daremos cristiana sepultura”, afirmó el congresista al asumir su nuevo puesto.
Por otro lado, Enrique Cabrales, del Centro Democrático, fue nombrado en la Cuarta Comisión y también anticipó un posible rechazo a esta medida fiscal del gobierno actual. “Colombia no está lista para otra reforma tributaria, ya existen demasiados impuestos sobre los empresarios y los ciudadanos hay que debatirlo, pero en el Centro Democrático creemos que esta tributaria debe ser hundida”, declaró.
Las opiniones de Castellanos y Cabrales son consideradas, por muchos en el Congreso, como representativas de las mayorías, por lo que varios pronostican una oposición contundente a la reforma. Además, se menciona que el gobierno de Petro cuenta con menos capital político en comparación con la legislatura anterior, lo que obligará a la administración a gestionar cuidadosamente este recurso para sus otras reformas, como las vinculadas a la salud, la jurisdicción agraria y la ley de sometimiento, entre otras.
El presidente Petro también se ha sumado a la discusión y ha elevado la tensión en su relación con el Congreso al emitir una severa advertencia. “Si el Congreso nuevamente hunde la reforma tributaria, condenará las finanzas públicas a la muerte en los próximos cinco años,” indicó en su cuenta de X. Todo esto, además, plantea interrogantes sobre la existencia o no de un debate respecto al presupuesto.
A la polémica también entró el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, quien se fue contra Castellanos. “Anticiparse como sepulturero de una reforma tributaria que no se ha radicado y que usted no conoce es de una irresponsabilidad infinita. Será sepulturero de las finanzas públicas. No emule a Fincho Cepeda, que no es un referente del buen congresista”, dijo el jefe de la cartera.