Colombia vuelve a encender las alarmas de seguridad luego de que el Ejército de Liberación Nacional (Eln) anunciara un paro armado de 72 horas que, según el grupo insurgente, se llevará a cabo entre el domingo 14 de diciembre a las 6:00 a.m. y el miércoles 17 del mismo mes.

En un comunicado difundido en sus canales habituales, la guerrilla aseguró que la acción armada responde a lo que califican como “amenazas de intervención imperialista” tras las recientes tensiones diplomáticas y militares entre Estados Unidos y Colombia. Según el Eln, el país estaría entrando en “una nueva fase del plan neocolonial de Trump”, lo que, afirman, justificaría su ofensiva.

Advertencia a la ciudadanía

El anuncio incluye una amenaza directa a la movilidad: el Eln pidió a los colombianos abstenerse de transitar por carreteras y vías fluviales durante las 72 horas del paro. Este tipo de intimidación ha sido históricamente un mecanismo de presión de la organización ilegal, afectando especialmente a las zonas rurales y corredores estratégicos del país.

Aunque el comunicado no especifica los territorios en los que concentrarán su accionar, las alertas se han elevado en regiones donde la presencia del Eln es histórica, como Arauca, Chocó, Norte de Santander, Cauca y Nariño.

Contexto de tensión y riesgos para la población

El anuncio ocurre en medio de un ambiente de incertidumbre, marcado por los recientes movimientos militares estadounidenses en el Caribe y la creciente retórica confrontativa del gobierno de Donald Trump frente al narcotráfico en la región.

Las autoridades colombianas aún no han emitido un pronunciamiento oficial frente a esta nueva amenaza, pero se espera un incremento de los dispositivos de seguridad en carreteras y zonas de alto riesgo.

Mientras tanto, líderes sociales y organizaciones humanitarias piden a la población extremar precauciones y evitar desplazamientos innecesarios para no quedar en medio de posibles acciones violentas.

El país permanece en vilo ante un paro armado que reaviva temores ya conocidos y que vuelve a poner sobre la mesa la fragilidad de la seguridad en varios territorios, en un momento de alta tensión nacional e internacional.