En el universo del diseño de interiores, una tonalidad se ha venido imponiendo con fuerza por su versatilidad, elegancia y capacidad de generar ambientes serenos: el Greige, una fusión entre el gris y el beige que ha revolucionado la forma en que decoramos nuestros espacios. Desde salas hasta fachadas exteriores, esta tendencia se ha convertido en la favorita de arquitectos, decoradores y familias que buscan equilibrio entre lo moderno y lo acogedor.
El Greige ha demostrado adaptarse a todo tipo de ambientes: salas amplias, comedores familiares, dormitorios íntimos, cocinas funcionales e incluso corredores o estudios. Según Jesús Márquez, Gerente de Color de Pintuco, su versatilidad depende de tres factores clave: la luz natural, la altura del espacio y el estilo del mobiliario.
“La luz natural puede hacer que un Greige se vea más cálido o más frío. En espacios con techos bajos o poca iluminación, los tonos claros ayudan a generar amplitud. Y si el mobiliario es de estilo nórdico o minimalista, los Greige suaves encajan perfectamente. Para espacios rústicos o industriales, los tonos más intensos refuerzan la personalidad”, explicó Márquez.
Una paleta para todos los gustos
Dentro de esta tendencia, existen diversas tonalidades que se ajustan a distintos propósitos. Por ejemplo, “Al Natural” es un Greige claro con fondo grisáceo, ideal para salas, estudios o habitaciones con buena entrada de luz. Es cálido, elegante y una alternativa sofisticada al blanco clásico.
Por su parte, “Vela de Vainilla” ofrece una sensación más acogedora, con matices cremosos, perfecta para rincones de lectura o zonas de descanso.
Si la intención es dar protagonismo a una pared o rincón específico, el Greige funciona como tono de acento. Márquez recomienda colores como “Sinfonía Clásica”, un Greige medio que otorga equilibrio en zonas sociales; “Paseo en el Parque”, de matiz más terroso y profundo, ideal para comedores; y “Mármol”, sobrio y moderno, que se adapta muy bien a estudios o incluso a fachadas residenciales.
Greige en exteriores: sobriedad que se ve desde la calle
En cuanto a fachadas, el Greige ofrece una estética sobria, moderna y funcional. Gracias a su neutralidad térmica, es ideal para climas cálidos y templados, pues no absorbe tanto calor como los tonos oscuros. Puede aplicarse en superficies lisas o con textura, aunque para un acabado más limpio se recomienda una superficie uniforme o con enchapes neutros.
El toque artesanal del limewash
Complementando esta tendencia, Márquez destaca el uso de cal o limewash, un acabado que aporta textura suave, efectos visuales orgánicos y un toque artesanal. Aplicado con brocha en capas irregulares, este tipo de acabado es ideal para destacar paredes como cabeceros de cama, áreas de sala o estudios.
“Cuando se combina el Greige con el limewash, logramos una sensación de autenticidad, naturalidad y sofisticación difícil de igualar. Es como si el espacio cobrara vida”, concluyó Márquez.
En resumen, el Greige no solo es tendencia, es una filosofía de diseño que privilegia la armonía, la luz, el confort y la conexión con lo esencial. Una invitación a crear hogares que reflejen serenidad sin renunciar al estilo.