La celebración de la COP16 en Colombia es “una oportunidad para mejorar la protección de los defensores ambientales”, asegura la representante en el país del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Juliette De Rivero, después de que un informe de Naciones Unidas revelara que desde 2016 fueron asesinados 248 líderes ambientales colombianos.
“Nos preocupa mucho que 248 defensoras y defensores ambientales hayan sido asesinados desde el 2016 hasta septiembre de este año (…) y realmente preocupa que, los actores armados en particular, ejerzan tanta violencia contra ellos, que están tratando de proteger sus territorios, sus ecosistemas, su biodiversidad y sus recursos naturales”, dijo De Rivero en una entrevista con EFE a cuatro días del comienzo de la cumbre.
En Colombia, continuó, “existe una falta de protección en estos lugares” y “se tiene que mejorar muchísimo la coordinación del Estado para proteger a los defensores ambientales y, en particular, a los defensores indígenas, de las comunidades afro y campesinas”, ya que representan el 89 % de los asesinatos documentados por la ONU.
Esto se debe, en gran parte, a que existe “un problema muy grande de inseguridad en los territorios y los actores armados, que ocupan mucho de estos territorios, tienen intereses que tocan directamente los recursos naturales” de estas regiones, lo que pone a los liderazgos ambientales en su punto de mira.
El informe publicado este jueves por la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos señala que en los últimos años se “ha observado un incremento en los homicidios de personas defensoras del medioambiente”.
Mientras que en 2016 fueron asesinadas 14 personas, en 2023 la cifra de asesinatos fue de 44, el año más mortífero.
Además, el Pacífico colombiano es la región más mortífera, con 138 líderes asesinados, y precisamente la que acogerá la COP16, lo que permitirá observar “la labor muy importante que hacen las defensoras y los defensores del medioambiente en esa parte del territorio colombiano y el respaldo que necesitan porque muchos son estigmatizados y se encuentran en una situación de vulnerabilidad muy aguda”, según la experta.
El momento perfecto
En este contexto, De Rivero resalta que el actual Gobierno colombiano “tiene un compromiso muy fuerte con los derechos humanos y la protección del medioambiente”, con la reciente aprobación del Acuerdo de Escazú, por ejemplo, pero lamenta que “esas políticas todavía no se han traducido en realidad en los territorios” y reitera el llamado al Estado a “articularse para brindar mayor seguridad”.
Precisamente uno de los ejes impulsados para la conferencia de biodiversidad por el Gobierno como anfitrión es la participación de los pueblos indígenas y de la sociedad civil, bajo la idea de “la COP de la gente”.
Por eso, De Rivero considera que “por primera vez en esta COP se va a tratar de centrar la discusión en torno a la protección de los derechos humanos y las personas ambientalistas” y resaltó que es el momento perfecto para “empezar a visibilizar esas luchas, que necesitan el respaldo de la comunidad internacional”.
“Colombia tiene que proteger su biodiversidad, que realmente es una gran riqueza geoestratégica (…) Colombia tiene la riqueza de, justamente, sus organizaciones sociales, de sus defensoras y defensores de derechos humanos, que son muy valientes, y eso es una riqueza para construir un planeta y un país con mayor seguridad, con paz y con respeto hacia el medioambiente”, señala.
La funcionaria de la ONU concluye con una reflexión sobre las cifras de asesinatos de líderes ambientales: “Es una señal de alarma para Colombia y el hecho que se organice la COP16 acá es una oportunidad para mirar esta situación y mejorar la protección para las defensoras y los defensores”. EFE