El mercado del gas en Colombia inició diciembre con un incremento que ya genera preocupación entre los sectores comercial, industrial y energético. El precio promedio de los contratos vigentes subió 27,1 por ciento tras el vencimiento de varios acuerdos que estaban vigentes hasta el 30 de noviembre de 2025. Con este cambio, la tarifa pasó de 7,5 a 9,08 dólares por millón de BTU, marcando uno de los ajustes más significativos de los últimos años.

De acuerdo con el experto energético y profesor de la Universidad de los Andes, Sergio Cabrales, esta tendencia podría empujar a gran parte del país a depender de los precios internacionales del gas importado, que son considerablemente más altos que los del gas producido en Colombia. Según el analista, de mantenerse este escenario, los costos operativos de numerosos sectores económicos se verían impactados durante 2026.

La Comisión de Regulación de Energía y Gas aseguró que ya trabaja en mecanismos para facilitar la contratación de gas importado a largo plazo. El objetivo es que una parte de estas compras se haga bajo condiciones más favorables, permitiendo amortiguar las tarifas y evitar fluctuaciones tan abruptas como la registrada en diciembre.

Sin embargo, Cabrales enfatizó que la estrategia más efectiva para frenar el encarecimiento del gas sigue siendo recuperar la capacidad de autoabastecimiento. Para ello, insistió en que el país debe acelerar desarrollos como el proyecto Sirius y abrir camino a un aumento sostenido de la producción nacional, tanto convencional como no convencional.

Por ahora, el alza del 27,1 por ciento prende las alarmas y pone en el centro del debate la necesidad de replantear la política energética y la infraestructura de producción en Colombia, en un momento clave para la estabilidad económica y el abastecimiento del país.