Comer bien va mucho más allá de una tendencia estética o una simple búsqueda por bajar de peso. Así lo afirma Andrea Calderón García, directora del Máster Universitario de Nutrición, Composición Corporal y Metabolismo de la Universidad Europea, quien recalca que la nutrición consciente es una herramienta poderosa para prevenir enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida a largo plazo.
“La salud no se mide solo en kilos. Una persona delgada puede tener un alto riesgo metabólico si su alimentación es deficiente, si tiene baja masa muscular o acumula grasa visceral. Por eso, comer bien debe entenderse como una herramienta de prevención, no como una estrategia estética”, expresó la experta durante su participación en un espacio académico sobre salud y nutrición celebrado recientemente en la capital colombiana.
Entre los principales males asociados a una dieta desequilibrada se encuentran la diabetes tipo 2, la hipertensión, las dislipemias, enfermedades cardiovasculares y condiciones inflamatorias crónicas. Para Calderón, la alimentación tiene un rol fundamental tanto en la prevención como en el manejo de estas patologías: “En condiciones como el síndrome metabólico o la hipertensión, un cambio sostenido en los hábitos alimentarios puede marcar un antes y un después”.
La especialista también desmitificó algunos conceptos erróneos ampliamente difundidos. “No existen alimentos mágicos ni dietas antiinflamatorias milagrosas. Lo que sí existen son patrones alimentarios saludables que crean un entorno fisiológico menos inflamatorio”, explicó, señalando la importancia de una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pescado azul y alimentos fermentados como el yogur natural y el kéfir, que favorecen el equilibrio de la microbiota intestinal.
Asimismo, hizo un llamado a romper con el miedo a los carbohidratos. “Eliminar alimentos como arroz, pasta o pan integral es un error común. Los carbohidratos de calidad son esenciales para nuestra energía y bienestar”, subrayó, al tiempo que criticó el uso indiscriminado de suplementos sin asesoría profesional y la adopción de dietas sin respaldo científico.
Sobre cómo iniciar una alimentación consciente, Calderón propone hábitos sencillos como evitar comer frente a pantallas, prestar atención al sabor y al momento presente, y escuchar las señales reales del cuerpo. “Observar cómo reacciona nuestro organismo ante los alimentos es clave para tomar mejores decisiones”, apuntó.
También advirtió sobre la manipulación del marketing alimentario: “Muchos productos se venden como saludables por contener algún ingrediente de moda o eliminar otro, pero siguen siendo ultraprocesados de bajo valor nutricional. La publicidad va más rápido que la educación nutricional y eso nos deja desprotegidos”.
La experta recordó que, aunque la genética puede predisponer a ciertas enfermedades, el estilo de vida es determinante. En ese sentido, recomienda una alimentación rica en vegetales, baja en ultraprocesados, acompañada de actividad física, descanso y manejo del estrés como pilares fundamentales para cuidar la salud.
Finalmente, Andrea Calderón destacó que comer bien también es un acto de responsabilidad social y ambiental. “Una alimentación basada en plantas, menos procesada, más local y estacional no solo mejora nuestra salud, también cuida el planeta. Alimentarse bien es una forma de autocuidado y de compromiso con nuestro entorno”, concluyó.