La relación diplomática entre Colombia y Estados Unidos podría enfrentar una de sus pruebas más difíciles en el segundo semestre de este año. La posible descertificación del país como cooperante en la lucha contra las drogas generaría profundas consecuencias en el ámbito político, económico y social, marcando un punto de inflexión en la política antidrogas nacional.
Contexto histórico: la descertificación de los años 90
La última vez que Colombia fue descertificada ocurrió en 1996, bajo el gobierno de Ernesto Samper, cuando la administración de Bill Clinton determinó que el país no cooperaba eficazmente en la lucha antidrogas. El escándalo del Proceso 8.000, que reveló financiación del narcotráfico en la campaña presidencial, fue un detonante clave.
Consecuencias de la descertificación (1996-1998):
- Congelación de la ayuda económica y militar de EE. UU.
- Deterioro de la imagen internacional de Colombia.
- Mayor presión para implementar reformas en seguridad y cooperación antidrogas.
La recertificación llegó con el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), quien impulsó el Plan Colombia, permitiendo recuperar la confianza de Washington y fortalecer la lucha contra el narcotráfico con apoyo internacional.
Factores que podrían llevar a una nueva descertificación en 2025
1. Aumento récord en cultivos ilícitos:
- Colombia sigue siendo el mayor productor de cocaína del mundo, con cifras en constante crecimiento según reportes de la UNODC y la DEA.
- A pesar de los esfuerzos nacionales en erradicación, la producción sigue al alza, lo que genera presión internacional.
2. Cambio en la política de EE. UU. con Trump en el poder:
- Con la eventual llegada de Donald Trump a la presidencia y Marco Rubio como secretario de Estado, la administración estadounidense adoptaría una postura más estricta contra países que considere inactivos en la lucha antidrogas.
- Trump ya ha amenazado en el pasado con sanciones económicas y comerciales a Colombia por el incremento en la producción de cocaína.
3. Percepción de ineficacia del gobierno colombiano:
- A pesar de las estrategias de erradicación manual y sustitución de cultivos, Washington podría considerar que los avances son insuficientes.
- El factor clave será si el gobierno colombiano logra mostrar resultados tangibles en reducción de producción y exportación de drogas.
Consecuencias económicas y diplomáticas
1. Restricciones comerciales:
- Una descertificación podría traducirse en aranceles más altos para exportaciones colombianas a EE. UU., afectando productos clave como flores, café y banano.
- La relación comercial entre ambos países se vería afectada en sectores estratégicos.
2. Reducción de inversión extranjera:
- La inestabilidad diplomática podría generar incertidumbre en inversionistas internacionales, reduciendo la llegada de capital extranjero.
3. Recorte en ayuda militar y económica:
- La asistencia en seguridad y programas de sustitución de cultivos podría disminuir, afectando el combate a grupos criminales.
Escenarios y posibles respuestas de Colombia
1. Reactivación de la aspersión aérea con glifosato:
- Ante la presión de EE. UU., el gobierno colombiano podría optar por retomar estrategias más agresivas de erradicación forzada.
2. Diplomacia intensificada con Washington:
- La Cancillería colombiana buscaría mantener una relación fluida con EE. UU., mostrando avances concretos en interdicción y extradiciones.
3. Alianzas con otros socios comerciales:
- Si la relación con EE. UU. se deteriora, Colombia podría fortalecer lazos con la Unión Europea, Asia y organismos multilaterales.
Conclusión: un desafío inminente
La posible descertificación de Colombia en 2025 responde a un conjunto de factores acumulados: el crecimiento en cultivos ilícitos, la percepción de falta de resultados y la postura dura de una posible administración Trump-Rubio.
Para mitigar los efectos de una descertificación, Colombia debe: Fortalecer la cooperación con EE. UU. a través de acciones concretas en interdicción y extradición. Aumentar la inversión en desarrollo rural para mejorar las condiciones en zonas afectadas por el narcotráfico. Garantizar transparencia en el uso de recursos internacionales para reforzar la credibilidad ante la comunidad global.
El 2025 marcará un punto crítico en la política antidrogas de Colombia. Si bien el país ha enfrentado escenarios similares en el pasado, el reto ahora es demostrar que puede liderar su propia estrategia sin comprometer las relaciones con su principal socio comercial.