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Autoridades revelan la identidad de los narcos invisibles que financian a las disidencias de Iván Mordisco

TOPSHOT - Colombian National Army members stand guard during the surrender of weapons by FARC-EP guerrillas, at the San Jorge Military Canton, in Cucuta, Norte de Santander Department, Colombia on January 25, 2025. At least 104 dissidents of the now defunct FARC guerrillas have handed in their weapons to the army amid a bloody offensive launched against them by their ELN enemies in a region of northeastern Colombia, a senior military commander said. (Photo by Schneyder Mendoza / AFP) (Photo by SCHNEYDER MENDOZA/AFP via Getty Images) / SCHNEYDER MENDOZA

Un trabajo articulado de inteligencia militar y policial permitió exponer a dos de los narcotraficantes más influyentes y discretos que sostienen el poder económico y armado de las disidencias de Iván Mordisco. Se trata de alias Cheli, de 35 años, y alias Toro, de 40, quienes durante años se mantuvieron en la clandestinidad mientras consolidaban un emporio criminal que hoy financia a las estructuras Carlos Patiño, en Cauca, y Martín Villa, en Meta.

Según informes de inteligencia, ambos iniciaron en el negocio del narcotráfico con la marihuana en el norte del Cauca y, posteriormente, dieron el salto a la producción y tráfico de pasta base y clorhidrato de cocaína. Gracias a este negocio ilícito han acumulado fortunas que invierten en fincas, balnearios, ganadería, apartamentos y vehículos de carga, bienes adquiridos mediante testaferros para camuflar sus operaciones.

La magnitud de su negocio es tal que, de acuerdo con las autoridades, envían cada mes más de cinco toneladas de droga hacia Centroamérica. Su principal clientela la constituyen carteles mexicanos como el de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa, aunque en los últimos meses también habrían establecido nexos con la Nueva Familia Michoacana, organización que busca reconfigurarse en el mapa del narcotráfico.

Pero su papel no se limita a la exportación de droga. Cheli y Toro financian con dinero y armamento a las disidencias de Mordisco. Entre el arsenal que proveen figuran fusiles M16, Tavor y AK47, además de municiones, explosivos y equipos de comunicación. A cambio, las estructuras garantizan la seguridad de los cristalizaderos, los cultivos ilícitos y las rutas de transporte de insumos y cocaína hacia el exterior.

Las autoridades vinculan a estos capos con alias Kevin, segundo cabecilla de la estructura Carlos Patiño, quien se entregó en agosto pasado en zona rural de El Estrecho, Patía, Cauca. A pesar de que existen fotografías y huellas dactilares de ambos, aún se desconocen sus verdaderas identidades. Investigaciones preliminares señalan que habrían pagado sumas millonarias a funcionarios de la Registraduría para desaparecer de las bases oficiales, aunque inteligencia logró rastrear registros notariales donde emplearon identidades falsas.

La búsqueda de Cheli y Toro sigue siendo prioritaria para las fuerzas del orden. De acuerdo con información recabada, disponen de una red de informantes en comunidades rurales que les alerta sobre los movimientos de la Fuerza Pública, lo que ha frustrado varios intentos de captura.

Actualmente, ambos estarían en conversaciones directas con alias Mordisco para reforzar el suministro de armas y dinero que mantiene en funcionamiento el entramado criminal en el sur del país. La operación para dar con su paradero continúa, mientras las autoridades intentan cerrar el cerco sobre quienes son considerados piezas clave en la consolidación del narcotráfico en Colombia.