El talento artesanal del Atlántico volvió a ocupar un lugar protagónico en el escenario cultural del país con la presentación del vestido oficial que lucirá Michelle Char, Reina del Carnaval de Barranquilla, una pieza única elaborada completamente a mano por 119 artesanas de distintos municipios del departamento. La prenda fue entregada en un acto especial realizado en Casa Catinchi y se convirtió en un símbolo de identidad, creatividad y trabajo colectivo.

La iniciativa fue liderada por la Primera Gestora del Atlántico, Liliana Borrero, junto a la Gobernación del Atlántico, a través de Artesanías del Atlántico y el programa Sello Artesanal, como una apuesta por fortalecer la economía popular, visibilizar los oficios tradicionales y proyectar el trabajo de las artesanas en escenarios de alto impacto como el Carnaval de Barranquilla.

El vestido es el resultado de un proceso colaborativo que integró a artesanas de municipios como Luruaco, Usiacurí, Galapa, Barranquilla, Piojó y Suan, quienes aportaron sus conocimientos en técnicas como hilado, teñido, bordado, alambrismo y elaboración de apliques. La pieza incorpora fibras naturales como palma de iraca, cepa de plátano, flores de tusa y otros materiales orgánicos, además de elementos inspirados en la flora y fauna del Caribe, entre ellos mariposas, abejas, hojas y frutos, que reflejan la biodiversidad del Atlántico.

Liliana Borrero destacó que este vestido representa el espíritu del programa Sello Artesanal, que promueve la formación en el uso de diferentes fibras y su combinación creativa como una forma de innovación desde lo ancestral. Explicó que el trabajo con la cepa de plátano hace parte de un ejercicio piloto que permitió transformar más de 12.500 gramos de este material en hilo artesanal, demostrando el potencial de sostenibilidad y economía circular del sector.

Para Michelle Char, recibir esta prenda significó asumir con orgullo la representación de un Atlántico que crea, teje y transforma desde sus raíces. La Reina del Carnaval señaló que el vestido no es solo una pieza de moda, sino una obra colectiva que guarda el esfuerzo, el corazón y la historia de cada artesana que participó en su elaboración. Aseguró que cada color, cada fibra y cada detalle narran la identidad de un territorio que protege sus tradiciones y las proyecta hacia el futuro.

El proceso contó con la asesoría técnica de la reconocida diseñadora Francesca Miranda, quien acompañó el desarrollo del vestido para articular el trabajo artesanal con criterios de alta costura, sin perder la esencia de los oficios tradicionales. Miranda resaltó que esta creación tiene un sello auténticamente atlanticense y destacó el honor de trabajar junto a artesanas llenas de talento y creatividad, así como la sensibilidad y claridad de Michelle Char en la elección de los elementos que componen la prenda.

El gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, subrayó que este proyecto logra una conexión profunda entre el Carnaval de Barranquilla y las tradiciones culturales del departamento, destacando el papel protagónico de las artesanas en la fiesta más importante del país. Afirmó que el trabajo manual y creativo del Atlántico es una puerta para proyectar la cultura local a escenarios nacionales e internacionales.

Desde las propias artesanas, la emoción también fue protagonista. Mayarli Beltrán Manotas, de Luruaco, expresó su satisfacción por hacer parte de este proceso, especialmente por el desarrollo de la fibra de cepa de plátano, fruto de un trabajo largo que hoy se traduce en oportunidades reales para las comunidades. Destacó el respaldo recibido a través de capacitaciones que fortalecen una economía circular alrededor de un recurso propio del territorio.

Más allá de su valor estético, este vestido representa una estrategia integral de desarrollo cultural y económico que dignifica el oficio artesanal, fortalece el sentido de pertenencia y reafirma el compromiso del Atlántico con la preservación de su identidad. Una obra que no solo vestirá a la Reina del Carnaval, sino que también cuenta, puntada a puntada, la historia viva de un departamento que celebra lo suyo con orgullo.