Un caso reciente encendió las alarmas entre profesionales de la salud y usuarios de gimnasios. Una joven de 18 años resultó contagiada con herpes tipo 1 tras utilizar máquinas sin colocar una toalla y sin limpiarlas previamente. El contagio no se produjo por un beso ni por contacto íntimo, sino por algo tan cotidiano como el contacto directo con superficies contaminadas por el sudor de otra persona.
El caso fue dado a conocer por una paramédica, quien advirtió que en los gimnasios se comparten sudor, piel, fluidos microscópicos y superficies calientes donde virus y bacterias pueden sobrevivir por más tiempo del que muchos imaginan. Según su experiencia, ha atendido situaciones relacionadas con herpes, hongos, pie de atleta, verrugas, foliculitis, sarna e incluso un caso de hepatitis A producto de contacto con superficies sin desinfección.
La profesional recalcó que la intención no es generar miedo, sino promover hábitos de higiene indispensables para prevenir enfermedades. Entre las recomendaciones más importantes están usar siempre una toalla para cubrir las máquinas, limpiarlas antes y después de utilizarlas, evitar sentarse directamente en las bancas, usar chanclas en las duchas y lavarse las manos antes de tocarse la cara.
La joven afectada ya se encuentra bajo tratamiento médico, pero su caso evidencia la importancia de prácticas básicas de autocuidado que pueden evitar contagios silenciosos. En los gimnasios no solo se levantan pesas: también se debe estar atento a los riesgos menos visibles que circulan en cada superficie compartida.


ESCÚCHANOS EN LAVIBRANTE RADIO 📻






