Antioquia vive jornadas de profundo luto tras el accidente de tránsito ocurrido en el municipio de Remedios, que dejó 17 personas fallecidas, en su mayoría estudiantes que regresaban de una excursión escolar. En municipios como Bello, Barbosa y Medellín, familiares, amigos y comunidades educativas se reunieron para despedir a las víctimas en ceremonias cargadas de tristeza, recuerdos y silencios difíciles de llenar.
Las exequias se realizaron de manera individual. No hubo un solo adiós colectivo, sino 17 despedidas distintas que reflejaron la magnitud del impacto emocional que dejó la tragedia. Cada ceremonia estuvo marcada por el mismo interrogante que hoy acompaña a las familias: cómo ocurrió todo y por qué los jóvenes no lograron reaccionar ante el accidente.
Durante los actos fúnebres, los padres recordaron a sus hijos como jóvenes llenos de sueños y proyectos. Muchos de ellos estaban a punto de culminar su bachillerato y veían en ese viaje el cierre de una etapa importante de sus vidas. Para las familias, la pérdida no solo significa la ausencia física, sino la interrupción abrupta de planes y metas que jamás podrán cumplirse.
En medio del dolor, también surgieron los recuerdos del viaje. Parientes de las víctimas relataron que los estudiantes regresaban felices, cansados, pero satisfechos por la experiencia vivida. Habían cantado, bailado y compartido momentos que ahora se convierten en los últimos recuerdos que conservan sus seres queridos.
Uno de los aspectos que más ha conmovido a las familias es la hipótesis de que los jóvenes habrían estado dormidos al momento del accidente. Según relataron algunos padres, el cansancio del trayecto habría hecho que muchos descansaran durante el regreso, lo que explicaría por qué no hubo tiempo de reaccionar. La idea de que fueron sorprendidos mientras dormían ha profundizado el duelo, al pensar que no hubo margen para defenderse ni anticipar lo ocurrido.
En contraste con el dolor de las despedidas, la voz de uno de los sobrevivientes dejó un mensaje que hoy resuena entre quienes lloran la tragedia. El estudiante David Rúa Vallejo compartió una reflexión sobre la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada día como una oportunidad única, palabras que han sido acogidas como un llamado a la conciencia colectiva.
Mientras avanzan las investigaciones para esclarecer las causas del accidente, Antioquia permanece unida en el dolor. Las comunidades educativas, las familias y las autoridades acompañan el duelo de quienes perdieron a sus hijos, amigos y compañeros, en una tragedia que no solo dejó cifras, sino historias truncadas y un profundo impacto en todo el departamento.


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