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Marta Lucía Ramírez respalda a María Corina Machado en Oslo y critica postura del Gobierno colombiano

Marta Lucía Ramírez

La exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez protagonizó un emotivo encuentro en Oslo con la líder opositora venezolana María Corina Machado, quien recibió el Premio Nobel de Paz. Ramírez aseguró que su viaje respondió a una invitación directa y a la convicción de acompañar lo que calificó como “el sentimiento del pueblo venezolano”, representado —según dijo— en la figura de Machado.

Para Ramírez, este acto fue “uno de los momentos más emocionantes” de su vida política. Señaló que la ceremonia no solo celebró a la dirigente opositora, sino que también abrazó simbólicamente a los millones de venezolanos dentro y fuera del país. “Ocho millones de venezolanos en el exterior es una experiencia de vida inigualable”, afirmó, destacando el impacto humanitario de la crisis migratoria.

Un abrazo que simboliza años de acompañamiento

Ramírez relató que aguardó la llegada de Machado al hotel en Oslo junto a familiares y seguidores de la líder venezolana. Cuando finalmente se encontraron, describió el saludo como “un abrazo muy apretado, lleno de amor mutuo”, subrayando que entre ambas existe una relación de acompañamiento construida con los años.

Resaltó también la determinación de Machado al asistir al evento pese a los riesgos. Según Ramírez, la opositora quiso enviar un mensaje claro: “Aquí estoy”, en señal de firmeza frente a su eventual regreso a Venezuela, el cual calificó como un desafío que espera pueda superar con el respaldo internacional.

La exvicepresidenta reveló además que, la noche anterior a la ceremonia, participó en un encuentro con ciudadanos venezolanos en el exterior, quienes manifestaron su compromiso por aportar a la reconstrucción democrática del país.

Críticas a la Cancillería y al Gobierno Petro

Ramírez cuestionó con dureza la postura del Gobierno colombiano frente al Nobel otorgado a Machado. Señaló que las declaraciones de la canciller Rosa Villavicencio “no honran la tradición de la política exterior de Colombia” y afirmó que reflejan una actitud “subalterna a una ideología”.

Insistió en que la Cancillería “debe actuar al servicio de la nación, del derecho y de la Constitución”, advirtiendo que su función histórica no puede comprometerse por afinidades políticas. Aseguró además que el Gobierno Petro parece orientado “a romper la relación con Estados Unidos y alinearse con dictaduras del mundo”.

Ramírez resaltó los méritos de Machado para recibir el Nobel, recordando que la opositora ha trabajado “desde la clandestinidad” y ha enfrentado situaciones que describió como “dificultades aterradoras”.

Defensa de los valores democráticos

La exvicepresidenta concluyó que la Cancillería colombiana debe preservar principios esenciales del derecho internacional y de la defensa de la democracia, valores que —según afirmó— siempre han caracterizado a Colombia en el escenario global.

Su mensaje fue claro: más allá de las tensiones diplomáticas, el reconocimiento a Machado representa una oportunidad para respaldar el retorno de la democracia en Venezuela y reafirmar la vocación democrática de Colombia.