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Sobrevuelo de aviones F-18 en el Golfo de Venezuela eleva la tensión en el Caribe y envía un mensaje directo al régimen de Maduro

Crédito: AFP

La tensión militar en el Caribe dio un giro inesperado este martes luego de que dos aviones F-18 Super Hornet de Estados Unidos fueran detectados realizando maniobras dentro del Golfo de Venezuela, en lo que se considera la incursión aérea más cercana al territorio controlado por el régimen de Nicolás Maduro en los últimos años. El movimiento, revelado inicialmente por plataformas de monitoreo como Flightradar24, ocurre en un momento en que Washington incrementa su presión regional bajo el despliegue militar conocido como Operación Lanza del Sur.

Las aeronaves realizaron vuelos circulares en un punto altamente sensible para la defensa venezolana, entre Zulia y Falcón, a escasos kilómetros de Maracaibo y la península de Paraguaná. Se trata de una zona estratégica donde operan la Base Naval Rafael Urdaneta, el Comando de la REDI Occidental y varios sistemas de vigilancia y defensa costera. Para analistas militares, sobrevolar este espacio equivale a penetrar la antesala de un cuartel, una señal de fuerza que incrementa la presión sobre el régimen chavista.

El uso de F-18 Super Hornet, cazas insignia de la aviación naval estadounidense, refuerza el mensaje. Estas aeronaves están diseñadas para misiones aire-aire, bombardeo de precisión, patrullaje ofensivo y operaciones desde portaaviones, con capacidades que incluyen misiles guiados y el potente cañón M61 de 20 mm. Informes adicionales señalan que un E/A-18 Growler —avión especializado en guerra electrónica— habría acompañado la operación, lo que permitiría interferir radares, comunicaciones y neutralizar defensas aéreas. Esto sugiere que no se trató de un simple vuelo de reconocimiento, sino de una maniobra con objetivo estratégico.

La incursión aérea se suma a una serie de movimientos militares de gran escala desplegados por Estados Unidos en el Caribe durante las últimas semanas. Bajo la Operación Lanza del Sur, Washington ha ejecutado vuelos de bombarderos B-52H cerca de Curazao, reposicionó el portaaviones USS Gerald R. Ford y aumentó las misiones de vigilancia en la región. A esto se suma el sobrevuelo del dron MQ-4C Triton, uno de los sistemas de reconocimiento más avanzados, capaz de mapear defensas costeras y rastrear movimientos militares con precisión milimétrica.

La Casa Blanca asegura que el operativo está orientado a combatir el narcotráfico y a desmantelar redes criminales transnacionales vinculadas al llamado Cartel de los Soles. Sin embargo, la simultaneidad y alcance de los despliegues refuerzan la percepción de que Estados Unidos incrementa su presión sobre Maduro, en un contexto en el que el presidente Donald Trump ha sostenido públicamente que el mandatario venezolano “tiene los días contados”.

El episodio deja al Caribe en un punto de máxima tensión, con Estados Unidos intensificando su presencia militar en el entorno inmediato de Venezuela y con un régimen que ve estas incursiones como una amenaza directa a su plataforma defensiva. El sobrevuelo de los F-18, más que un acto aislado, parece parte de un tablero estratégico donde cada movimiento redefine el equilibrio regional.