El Atlántico dio un paso histórico en la protección de niñas, adolescentes y mujeres con la aprobación del Sello Morado, una nueva certificación que busca garantizar entornos seguros y libres de violencia basada en género en instituciones educativas y empresas del departamento. La iniciativa fue aprobada por la Asamblea del Atlántico el pasado 28 de noviembre y ha convertido a la región en pionera a nivel nacional en la implementación de este tipo de herramientas.
La diputada Alejandra Moreno Astwood, autora y ponente de la ordenanza, destacó que este sello reconocerá a las instituciones que adopten protocolos efectivos de prevención, detección temprana, atención y sanción ante casos de violencia. Para recibir la certificación, los colegios deberán evidenciar acciones formativas dentro del Plan de Convivencia Escolar, fortalecer las escuelas de padres e incluir procesos pedagógicos incluso en el servicio social de los grados superiores. En el caso de las empresas, se evaluarán prácticas como igualdad salarial, conciliación familiar, liderazgo femenino y políticas laborales inclusivas.
El Sello Morado también contempla campañas pedagógicas para socializar información clave: rutas de atención, tipos de violencia, violentómetro, tipología de agresores y herramientas de prevención. La meta es transformar los entornos y evitar que más mujeres sean víctimas de violencias que, según la diputada, son prevenibles desde la educación y la salud mental.
El proceso de construcción de la ordenanza contó con el apoyo de colectivos de mujeres del Atlántico y de la psicóloga Ruth Pareja, quien identificó graves situaciones de violencia en entornos escolares. Las cifras son alarmantes: en lo corrido del año, 52 mujeres han sido asesinadas en el departamento, 14 de esos casos tipificados como feminicidios.
Además del reconocimiento, las instituciones certificadas podrán acceder a programas y convocatorias de fortalecimiento con enfoque de género liderados por la Gobernación del Atlántico. El Sello Morado podrá ser usado en su imagen institucional, convirtiéndose en un distintivo de compromiso real con la protección y el bienestar de niñas y mujeres.
Con esta iniciativa, el Atlántico envía un mensaje contundente: la lucha contra la violencia de género comienza en los espacios donde estudiamos, trabajamos y convivimos cada día, y requiere voluntad, educación y acciones concretas. El Sello Morado ya es una realidad y marca el inicio de un modelo que podría replicarse en todo el país.


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