El más reciente estudio de Invamer volvió a mover el panorama electoral rumbo a la contienda presidencial de 2026, y una de las reacciones más comentadas fue la del candidato Sergio Fajardo. En entrevista con La FM, el exgobernador aseguró que recibe con serenidad las cifras divulgadas, al tiempo que reafirma la independencia que caracterizará su campaña.

Fajardo explicó que su trayectoria en procesos electorales le ha enseñado a interpretar las encuestas sin triunfalismos ni alarmas. Recordó que en comicios anteriores ha aparecido en posiciones muy distintas y que, por eso, su estrategia seguirá centrada en recorrer el país y presentar su propuesta sin confrontaciones personales. En los últimos días ha estado en regiones como Villavicencio, Florencia, Mocoa, Cartagena y Medellín, manteniendo una agenda que, según él, busca llevar un mensaje de serenidad ante un ambiente político cada vez más tenso.

Uno de los momentos más contundentes de la entrevista se dio cuando Fajardo fue consultado por posibles alianzas. Sin titubeos, aseguró: “Yo nunca estaría con Abelardo de la Espriella”. Señaló que hay sectores cuyos planteamientos son totalmente incompatibles con su visión de país y que su campaña no contempla acuerdos que puedan contradecir su línea ética.

El candidato también precisó que, a diferencia de otros aspirantes, no participa en conversaciones para coaliciones o consultas interpartidistas. Dijo que en ocasiones anteriores respondió “en diciembre hablamos”, pero que por ahora continúa firme en su decisión de mantener una candidatura independiente.

Ante preguntas sobre su relación con Iván Cepeda, quien lidera la intención de voto en la encuesta, Fajardo aclaró que cualquier confrontación será estrictamente política. Recalcó que no acompañará discursos que promuevan la violencia ni se sumará a dinámicas de polarización.

Con este mensaje, Fajardo insiste en que avanzará hacia la campaña de 2026 sin alterar su método de trabajo: disciplina, respeto y coherencia, pilares que —según él— seguirá defendiendo mientras se reorganiza el tablero político tras las cifras de Invamer.