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Corea del Sur insiste en abrir un canal militar con Corea del Norte en medio de nuevas tensiones en la frontera

Presidente de Corea del sur, Lee Jae-myung. Crédito: AFP

En un momento en el que la tensión en la península coreana vuelve a escalar, el Gobierno de Corea del Sur lanzó una propuesta formal para restablecer el diálogo militar con Corea del Norte, con el objetivo de evitar incidentes que puedan desencadenar una confrontación mayor. Esta es la primera iniciativa de este tipo desde que el presidente Lee Jae-myung asumió el cargo en junio.

El anuncio fue realizado por Kim Hong-chul, director general de asuntos políticos del Ministerio de Defensa surcoreano, quien invitó a las autoridades militares del Norte a una reunión en Panmunjom, la histórica aldea de la tregua. La intención es acordar criterios precisos sobre la Línea de Demarcación Militar, establecida en 1953 y hoy convertida en uno de los puntos más sensibles de la Zona Desmilitarizada.

Con el paso de las décadas, varios marcadores fronterizos se han deteriorado o desaparecido, generando interpretaciones distintas del trazado real de la línea. Esa ambigüedad ha provocado que, solo este año, Corea del Sur registre más de diez incursiones de militares norcoreanos que han cruzado el límite mientras instalaban cercas o sembraban minas.

El último episodio ocurrió el 19 de octubre, cuando más de veinte soldados de Corea del Norte atravesaron la frontera cerca de Paju. Las tropas surcoreanas respondieron con disparos de advertencia para obligarlos a retirarse. Según Kim, estas respuestas —que incluyen el uso de altavoces— demuestran la urgencia de establecer reglas claras para reducir riesgos.

Sin embargo, el panorama diplomático no es alentador. Desde hace meses, Corea del Norte ha ignorado los llamados al diálogo del presidente Lee y mantiene una postura hostil hacia su administración. Los últimos acercamientos militares de alto nivel datan de 2018, en un ambiente mucho más favorable al deshielo, muy distinto al actual.

A pesar de recientes gestos internacionales, como la visita del presidente estadounidense Donald Trump a Seúl, Pionyang ha reiterado que no participará en negociaciones si la desnuclearización continúa siendo una condición previa, rechazando cualquier tipo de cumbre o intercambio oficial.

La propuesta surcoreana busca, por lo menos, evitar que los incidentes en la DMZ escalen a una crisis militar. Ahora, la atención se centra en si Corea del Norte responderá o si, una vez más, optará por el silencio que ha marcado la comunicación entre ambos países durante los últimos meses.