José Gregorio Hernández Cisneros, conocido como el “médico de los pobres”, nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, estado Trujillo, Venezuela. Fue médico, científico y profesor universitario, recordado tanto por sus aportes a la medicina moderna como por su profunda vocación de servicio hacia los más necesitados. Su vida ejemplar y su fe inquebrantable lo convirtieron en una de las figuras más queridas de Venezuela y en un símbolo de esperanza para toda América Latina.
Hernández se graduó de médico en la Universidad Central de Venezuela en 1888 y posteriormente viajó a París para perfeccionar sus conocimientos en bacteriología, histología y fisiología. A su regreso al país, en 1891, introdujo estas disciplinas en la enseñanza médica nacional y se convirtió en uno de los grandes impulsores de la medicina científica en Venezuela. En el Hospital Vargas de Caracas y en las aulas universitarias, su labor transformó la manera de enseñar y practicar la medicina.
A lo largo de su vida, José Gregorio combinó el ejercicio profesional con una profunda vocación espiritual. En 1908 intentó ingresar a la orden de los cartujos en Italia, pero debió regresar a Venezuela por problemas de salud. De vuelta en su tierra, retomó su trabajo médico con más compromiso social que nunca, atendiendo gratuitamente a los enfermos más pobres y visitando hogares donde no llegaba la asistencia del Estado.
El 29 de junio de 1919, cuando se dirigía a llevar medicamentos a un paciente, fue atropellado por un automóvil en Caracas. Su muerte causó conmoción nacional y dio inicio a una devoción popular que creció con el paso del tiempo. Para millones de venezolanos, José Gregorio Hernández representa la unión entre la ciencia, la fe y el amor al prójimo.
El proceso de beatificación comenzó en 1949 y en 1986 el papa Juan Pablo II lo declaró “Venerable” por sus virtudes heroicas. Décadas después, la Iglesia reconoció un milagro atribuido a su intercesión: la recuperación inexplicable de una niña venezolana que había recibido un disparo en la cabeza en 2017. Este hecho permitió que el papa Francisco aprobara su beatificación el 19 de junio de 2020, celebración que se realizó oficialmente el 30 de abril de 2021 en Caracas.
Hoy, José Gregorio Hernández es un ícono de fe y esperanza. Su imagen está presente en hospitales, escuelas y hogares de toda Venezuela, donde es considerado protector de los enfermos y guía espiritual de médicos y científicos. Su causa hacia la canonización continúa abierta y el Vaticano promueve su legado como un ejemplo de que la ciencia y la religión pueden caminar juntas al servicio de la humanidad.