El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, sostuvo este lunes una reunión con altos representantes del gobierno de Estados Unidos en Colombia, entre ellos el embajador John McNamara. Al encuentro también asistieron el oficial de la sección económica de la embajada, el director en Colombia de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcotráfico y Aplicación de la Ley (INL), el secretario de Gobierno de Medellín, Nicolás Ríos, y el secretario de Seguridad, Manuel Villa.
Durante la jornada, se abordaron temas clave como la seguridad urbana, el combate al narcotráfico y las estrategias conjuntas para enfrentar la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, una problemática que persiste en la capital antioqueña. Gutiérrez subrayó la relevancia de que, más allá de los escenarios políticos nacionales, desde las regiones se mantenga y fortalezca la relación bilateral con Estados Unidos, especialmente en materia de cooperación en seguridad y justicia.
El encuentro tuvo lugar en medio de la controversia generada por las recientes declaraciones del presidente Gustavo Petro durante su visita a Nueva York, donde instó al Ejército estadounidense a desobedecer al presidente Donald Trump. Frente a este contexto, el alcalde paisa expresó su preocupación por los efectos de la política de “paz total” del Gobierno Nacional, la cual, según él, ha otorgado beneficios a estructuras ilegales como el ELN, el Clan del Golfo y las disidencias de las FARC.
En paralelo, Gutiérrez anunció que enviará una comunicación al Gobierno de Estados Unidos para visibilizar lo que calificó como los daños que dejó la pasada administración municipal. Señaló directamente al exalcalde Daniel Quintero y a su hermano Miguel Quintero como responsables de un presunto saqueo a la ciudad en medio de casos de corrupción.
El pronunciamiento del mandatario local se produce luego de que Daniel Quintero expresara respaldo al presidente Petro frente a las críticas por sus declaraciones en territorio estadounidense. Gutiérrez, por su parte, insistió en que Medellín debe proyectarse como una ciudad aliada de la cooperación internacional, comprometida con la seguridad ciudadana y con el fortalecimiento de sus instituciones.